La obra del ilustrador y dibujante Ernesto El Chango García Cabral permanece en el olvido, pese a que es testimonio del acontecer histórico del siglo XX, afirma el investigador Horacio Muñoz, quien encabeza la digitalización y catalogación del acervo, tarea que quedará concluida en 2013.

El Chango García Cabral (1890-1968) “es un artista olvidado. Nuestro equipo, que desde hace casi una década trabaja en la catalogación de 11 mil 500 dibujos originales, pretende concluir este proceso el próximo año, para enseguida dedicarse a organizar una magna exposición retrospectiva, que nunca se ha hecho.

El próximo año se digitalizará y catalogará la biblioteca personal, las fotografías, impresos y diversas publicaciones en las cuales colaboró García Cabral, adelanta Muñoz.

El artista dibujó a lo largo de más de 60 años. “Actualmente organizamos el material comprendido entre 1904 y 1943. En ese entonces, El Chango publicaba en Novedades, Fantoche y Jueves de Excélsior, entre otras revistas.”

El Taller Ernesto El Chango García Cabral AC ha realizado minuciosos registros y cronologías. En la investigación que ha realizado el equipo resalta cómo presentaba el ilustrador a la mujer de la década de los 20 del siglo pasado: “vanguardista, moderna, estilizada y liberada, pero cuando comenzó a publicar en Novedades dibujaba a la mujer con características totalmente opuestas”.

La ridiculización de los vicios humanos, la impartición de justicia, personajes históricos, artistas de la época y la población en general fueron fuente de inspiración de la obra de El Chango García Cabral, quien legó más de 60 carteles, donde retrató a los actores de la Época de Oro del cine nacional.

Además de los 11 mil 500 dibujos, el acervo incluye 397 documentos personales (cartas, premios, diplomas, telegramas y epigramas), cerca de mil 900 fotografías (donde aparece en diversas actividades sociales, viajes y con amigos), alrededor de 2 mil 500 fotomontajes e innumerable notas periodísticas.

Mi padre dibujaba todos los días, en servilletas, papeles o hasta en la mano, porque vino a este planeta a hacerlo y a eso se dedicó hasta el día de su muerte, expresa Ernesto García, uno de los tres hijos del dibujante que se negó a ser artista.

En la imagen, Diego Rivera y señora, ilustración para Fantoche, 30 de agosto de 1929Foto cortesía del Taller
Ernesto El Chango García Cabral

“Todavía, no sabemos cómo mover el archivo. Hasta la fecha ninguna institución ha mostrado interés en resguardar el riquísimo material que lo conforma, sobre el cual sí tienen interés en Francia y Estados Unidos.

Nuestra intención es que la obra se quede en México y sea patrimonio nacional. Además, queremos que el acervo sea puesto al alcance de la población y utilizado de manera didáctica.

A manera de síntesis, Horacio Muñoz explica que este proyecto, que ha sido auspiciado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes debe concluir en 2013, para que se lleve a otros niveles; es decir, que el trabajo derive en un proyecto de difusión más grande y se cierre el ciclo con una gran exposición.

Hasta ahora se han realizado tres exposiciones en el contexto del Festival Internacional Cervantino, algunas publicaciones, un videodocumental y una precisa cronología del artista.

La importancia de este trabajo radica en que lo perdurable es el trabajo de organización y catalogación, porque deriva en proyectos de difusión, destaca Muñoz.

También, enfatiza, se debe llevar el conocimiento de García Cabral a los ámbitos académico y popular. Esto significa empatar las dos vertientes: la que lo ubica como genio del diseño y la otra como gran dibujante.

Desde los comienzos de su trayectoria, Ernesto García Cabral fue amigo de varios personajes de principios de siglo XIX y fue considerado el mejor dibujante del país por Diego Rivera y José Clemente Orozco.

El dibujante recreó el art noveau y decó. Realizó sólo un mural, en Toluca, y fue testigo gráfico del acontecer nacional y mundial del siglo XX en los principales diarios.

Infinidad de obra del artista permanece dispersa, pero en un cálculo aproximado, su hijo menciona que se aproxima a más de 30 mil obras.

La versatilidad de su trabajo quedó inmortalizada en más de 100 libros hasta ahora detectados y en infinidad de publicaciones, como Fantoche, Revista de Revistas, Multicolor, Excélsior y Novedades, por mencionar algunas, además de colaborar como diseñador editorial y publicista en distintos ámbitos, entre ellos el cine.