espués del decretazo de la reforma laboral, del carpetazo a la ley de interrupción voluntaria del embarazo y del recortazo a los servicios públicos básicos, como la sanidad y la educación, ahora la derecha española ha aprobado un tarifazo en el Metro de Madrid. En plena crisis, con una de las tasas de desempleo más altas de España y de Europa, la capital española se convertirá en una de las ciudades más caras de la región para viajar en Metro, sólo detrás de París y Londres.

El gobierno de la Comunidad de Madrid, de la ultraconservadora Esperanza Aguirre, aprobó una alza en las tarifas del Metro que provocó la indignación de los pasajeros y usuarios habituales del transporte público. Un 29 por ciento en el conocido como metrobús, un boleto que sirve para 10 viajes y que se puede utilizar por igual en los trenes de la red de Metro así como en los autobuses urbanos. El problema de financiamiento y el aumento de impuestos indirectos es el origen de este nuevo incremento, que además vuelve a castigar a los viajeros del transporte público, que en los años recientes han visto reiterados aumentos a las tarifas, al duplicarse el costo en menos de cinco años. La subida se hará efectiva a partir del primero de mayo.

Al tiempo que suben las tarifas también se aprueban polémicos planes para conseguir más dinero, como el que permitió que de un día para otro la mítica estación del Sol, la primera que se construyó en España y la que ha sido durante décadas el centro de la red de Metro, cambió de nombre para llamarse Estación Sol Galaxy Note, como los teléfonos inteligentes que comercializa la empresa de telecomunicaciones Movistar.

Una parte de la ciudadanía madrileña, harta de los incrementos y de los recortes en los servicios públicos, se está organizando en torno a la plataforma Yo no pago, que pretende precisamente no pagar el viaje en Metro de manera simbólica, al organizar actos masivos de protesta, que se harán en los próximos días y de manera secreta.

Armando G. Tejeda, corresponsal