Sábado 14 de abril de 2012, p. 26
Washington, 13 de abril. El ex ministro de Hacienda de Colombia, José Antonio Ocampo, retiró este viernes su candidatura para la presidencia del Banco Mundial (BM), por considerar que el proceso se había vuelto político y luego de un acuerdo entre las naciones en desarrollo para apoyar a un candidato único.
Así la ministra de Finanzas nigeriana, Ngozi Okonjo-Iweala, quedará como representante única de este grupo de naciones y competirá contra el nominado de Estados Unidos, y apoyado por Europa, Jim Yong Kim, quien tras este respaldo es considerado el favorito para encabezar el BM para los siguientes cinco años.
El directorio del BM confirmó que recibió la renuncia del candidato colombiano, informó uno de los directores de la entidad, el brasileño Rogério Studart.
En su declaración, Ocampo anunció que se retiraba por considerar que el proceso se había vuelto político. En ese ejercicio estoy en clara desventaja por la falta de apoyo del gobierno de mi país y la manera como ello ha obstaculizado la acumulación de respaldos políticos a mi candidatura
, expuso.
Tiene que ser diferente
Al mismo tiempo, Ocampo ofreció su respaldo a la otra candidata de los países en desarrollo, la ministra nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala y se congratuló que el proceso haya servido para sentar el precedente de que la elección del presidente del Banco Mundial tiene que ser diferente
, pues consideró que la misma se está transformando ya no en una competencia basada en los méritos de los candidatos, sino en un ejercicio de carácter político
.
Desde que anunció su candidatura hace dos semanas, Ocampo no consiguió el respaldo del subgrupo de países emergentes más importante, formado por Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica (BRICS).
Rusia anunció que respaldará al estadunidense Jim Yong-Kim, quien podría ser elegido para suceder a Robert Zoellick al frente del Banco Mundial el próximo lunes, en una reunión del directorio.
La Unión Europea ha dado su beneplácito para la elección de Kim, de acuerdo al pacto no escrito entre ambos desde hace más de medio siglo según el cual Estados Unidos se lleva la gerencia del BM y un país europeo la del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El BM sufrió fuertes críticas a mediados de los años 1990 cuando surgió con fuerza el movimiento altermundista en países desarrollados, que con manifestaciones masivas y la alianza con gobiernos de países pobres, puso en tela de juicio el denominado consenso de Washington
sobre las recetas para salir de la pobreza y alcanzar estabilidad económica.