A partir de los primeros minutos de este sábado se aplicó el cuarto incremento en lo que va del año al precio de los combustibles. La gasolina Magna aumenta 9 centavos por litro; la Premium, 5, y el diesel, 9 centavos por litro.

La Magna costará 10.09 pesos por litro; la Premium, 10.79, y el diesel, 10.45 pesos por litro, informó la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas).

Después de las ofertas de campaña de la actual administración gubernamental, en la que se aseguraba una reducción en los precios de los combustibles, los aumentos han sido sistemáticos.

Durante todo el gobierno de Felipe Calderón, de 2007 a la fecha, la gasolina Magna, la de mayor utilización y venta en la República Mexicana, acumula alza de 44 por ciento, al pasar de un precio promedio de 7.01 a 10.09 pesos por litro.

La Premium saltó de 8.73 a 10.79 pesos, lo que representa un incremento acumulado de 23.5 por ciento; mientras que el diesel, utilizado por el transporte público, flotas pesqueras y el sector agrícola, aumentó 76.22 por ciento al pasar de 5.93 pesos en 2007 a 10.45 pesos por litro.

Los argumentos de la Secretaría de Hacienda para realizar los aumentos mensuales en el segundo sábado de cada mes son que en el ámbito internacional los combustibles tienen un mayor valor y ese diferencial afecta el equilibrio de las finanzas públicas.

La Secretaría de Energía (Sener) explicó que aun cuando la política de precios busca reflejar el costo de oportunidad y precios en el mercado internacional, diversos factores han originado que los precios administrados se encuentren por debajo de aquellos valores de referencia, como la gasolina y el diesel.

Recordó que en 2011 para el caso de la gasolina y el diesel, la pérdida por el diferencial de precios entre el precio nacional y el precio de referencia internacional fue de más de 150 mil millones de pesos.

Por lo tanto, las autoridades gubernamentales insisten en la necesidad de eliminar los subsidios a los combustibles y mantener los aumentos graduales para homologar los precios con los internacionales, lo que permitirá, según el gobierno, hacer más eficiente la utilización de los combustibles y de esta manera destinar los recursos a obras necesarias para apoyar a los grupos más vulnerables.

El gobierno federal en 2008, para eliminar los subsidios a los combustibles, optó por la estrategia de disponer de una política de deslizamientos semanales en los precios. Posteriormente, a partir de enero de 2009, ante la emergencia económica internacional, el gobierno federal tomó la decisión de eliminar los deslizamientos semanales para no afectar más el poder de compra de los hogares mexicanos. Posteriormente se tomó la decisión de hacer ajustes mensuales.

Es importante señalar que los deslizamientos y congelamiento de los precios de las gasolinas y el diesel en México han generado que durante el periodo 2007-2012, los mexicanos enfrenten un ciclo de subsidio –carga tributaria– en el consumo de estos petrolíferos.

Esto significa que en la fase del ciclo de subsidios se impacta negativamente las finanzas públicas del país, porque se reduce la recaudación de los ingresos tributarios del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), es decir, existe una transferencia de recursos públicos a favor de los consumidores mexicanos.

Por el contrario, cuando el subsidio es eliminado o los precios de estos petrolíferos son más altos en México que en Estados Unidos, la recaudación del impuesto especial se fortalece.