A 29 años de su muerte, Dolores del Río, una de las máximas exponentes de la época de oro del cine mexicano, que alcanzó fama mundial por películas como María Candelaria, Doña perfecta y Flor Silvestre, sigue vigente en el gusto del público gracias a la retransmisión de sus filmes.

La primera actriz mexicana, quien murió el 11 de abril de 1983, fue motivo de inspiración para artistas como Joan Crawford, además de colecciones de moda, como Chic-as Dolores, de la firma mexicana Pink Magnolia, en su colección otoño-invierno.

La Cineteca Nacional presentará a partir del 16 de abril La noche de las flores, filme que Dolores del Río rechazó hace 40 años y que ahora es protagonizado por Diana Bracho.

Este largometraje, dirigido por Adrián Burns, está basado en la historia que Archibaldo Burns escribió para Del Río, quien decidió no realizarla porque incluía algunas escenas lésbicas que debía realizar con la entonces joven actriz Diana Bracho.

La cinta, presentada en el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara, relata la historia de Elena, hija única de una familia acaudalada, quien se enamora de la segunda esposa de su padre y es correspondida. Fernanda, mujer madura y bella, que fuera una famosa actriz, enamora a Elena.

En palabras del director, esta película es una historia con una visión femenina que muestra al espectador que nada es invulnerable y que la tradición, por bien sustentada que esté, es una quimera sin futuro.

Es una historia de amor entre la hijastra y su madrastra, que diluye el pasado y deja a sus protagonistas en el umbral de una modernidad inadvertida como espacio vital de supervivencia, agregó Burns.

Aunque la película se sitúa en México, aborda temáticas de carácter universal, de interés para todo tipo de audiencias. En este largometraje también participan Jimena Guerra, Fernando Becerril, Osvaldo de León, Manuel García Rulfo, María Elena Olivares y Manuel Poncelis, entre otros.

La noche de las flores, ópera prima de Adrián Burns, estará en exhibición en algunas sedes alternas de la Cineteca, como el Cine Lido, The Movie Company, Centro Cultural Tlatelolco y la Sala María Félix de la Alianza Francesa.

María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete, su nombre real, nació el 3 de agosto de 1904 en Durango.

A los 15 años, durante un baile benéfico, conoció a quien sería su primer esposo, Jaime Martínez del Río, miembro de una de las familias más ricas del país. Con él contrajo matrimonio en 1921 y la recepción fue en una de las propiedades de los Martínez del Río, el rancho La Hormiga, hoy la residencia oficial de Los Pinos.

Rumbo a Hollywood

Fue descubierta por Edwin Carewe, famoso productor de películas, en una soirée (fiesta) organizada por Adolfo Best Maugard en la casa de Salvador Novo. Carewe invitó al matrimonio Martínez del Río a viajar a Hollywood.

En 1925 Dolores del Río consiguió su primer papel en el filme Joanna, cuando apenas tenía 21 años. Su participación en la cinta What price Glory?, en 1926, de Raoul Walsh, conseguió darle el anhelado reconocimiento.

A la par de su debut comenzó su fama al lado de figuras co- mo Rodolfo Valentino, Lupe Vélez, Douglas Fairbanks, Marlene Dietrich, Ramón Novarro y Mary Pickford.

El filme Resurrection (1927) marcó el inicio de su exitosa carrera en Hollywood.

En 1928 filmó Ramona, para la cual grabó un tema musical con la RCA Víctor, que le reportó ganancias por el resto de su vida. En 1932 apareció en Ave del paraíso, de King Vidor, con la que escandalizó a los espectadores de la época al bañarse desnuda junto a Joel McCrea. Un año después participó en el musical Volando a río.

El tránsito del cine mudo al sonoro no representó dificultad para la actriz; su desarrollo de starlette o aspirante a estrella a verdadera princesa de Hollywood vino a convertirla también en vanguardista en el mundo de la moda y favorita de los diseñadores de más renombre en aquel entonces.

Dolores regresó a México en 1942 y a su llegada le ofrecieron el papel protagónico del filme Flor Silvestre, al lado de Pedro Armendáriz, el cual se constituye en un clásico de la época de oro del cine mexicano.

Posteriormente filmó María Candelaría, considerada una de las obras maestras de Emilio Fernández, que contribuyó a acrecentar el culto a Dolores como máxima diva del cine mexicano. En 1983 comenzó a experimentar problemas de salud; fue trasladada a la ciudad de Newport Beach, California, donde murió el 11 de abril, a la edad de 79 años.