Noventa y tres años después de la muerte del general Emiliano Zapata, la economía mexicana se caracteriza por estancamiento, fuga de capitales, concentración de la riqueza, desigualdad, desempleo y empobrecimiento de las mayorías, por lo que su lucha por una sociedad equitativa continúa.

Al encabezar el acto conmemorativo por el aniversario luctuoso, Benito Mirón, secretario del Trabajo, confió que en los meses próximos se darán las condiciones, por decisión popular, para que se inicie la cuarta transformación, borrando el desastroso presente y evitando el regreso al oscuro y perverso pasado. Pero no serán los buitres viejos de la actualidad, aunque algunos se disfracen de jóvenes, sino el pueblo, quien lo logarrá, como en 1810 y en 1910.

La falta de inversión y apoyo al campo ha provocado que los campesinos dejen de producir, lo que ha generado desempleo en las zonas rurales y, por consiguiente, migración, subrayó.

Además, continuó, la incorporación de jóvenes a la delincuencia, que es la principal bolsa de trabajo del país, pues al contrario de lo que se dice en un paraje conocido como Los Pinos, no estamos mejor que hace seis o 100 años.