De la violencia mejor ni hablamos, porque todos saben que se ha extendido en el país
Martes 10 de abril de 2012, p. 7
Progreso, Yuc., 9 de abril. De gira para respaldar el arranque de campaña a gobernador de Rolando Zapata Bello, el candidato presidencial de Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, no hace confianza ni por las encuestas ni por los vaivenes en las campañas de sus adversarios. El triunfo, arenga a sus huestes, no vendrá ni por suerte, inercia o por arte de magia
; hay que buscar el voto, aunque enfatiza en la demanda de cambio que hay en la gente, que no admite más improvisaciones en el gobierno
Su discurso oscila en torno a una extraña mezcla por convencer de la urgencia del cambio en el poder federal, pero de igual forma garantizar la continuidad estatal. Para ello apela de nuevo a descalificar el rumbo de la economía, la de peor comportamiento en América Latina; la que ha tenido el menor crecimiento en 70 años, bajo la gestión panista. Deplora la pobreza creciente en el país, y de la violencia, de esa mejor ni hablamos
, porque la gente sabe que se ha extendido en el país, consecuencia de que no se hayan generado los empleos.
En el malecón de este centro turístico, el candidato asegura que hay millones de personas en todo México que claman porque, entre otros aspectos, se generen los empleos que las administraciones panistas no han creado. Reitera su oferta de que bajo su gestión habría un crecimiento de la economía tres veces mayor al que se ha dado en la década reciente.
Entre el malecon y el parque De la Paz, alrededor de cinco mil simpatizantes escuchan un discurso en el que el candidato pregona que sus compromisos son reales porque él, asegura, no anda recorriendo el país con falsas promesas de campaña
ni en busca del aplauso fácil
, sino adquiriendo compromisos con la necesidad de la gente.
Entre quienes escuchan su discurso no sólo hay militantes; también, en un espacio de invitados especiales, están los actores de Abismo de pasiones, la telenovela estelar del Canal de las Estrellas.
Sin pausa, Peña Nieto no cesa en exaltar la oferta priísta como opción de poder y como vía para colmar
las expectativas de la gente: no vamos a improvisar, porque México no puede resignarse a la improvisación de la gente; México necesita que quien gobierne tenga experiencia de gobierno
. También describe que la oferta priísta la encabeza una nueva generación de políticos que pugnan por el cambio que demanda la sociedad.
Eso dice el discurso del candidato, que desde el templete escucha, satisfecha, Ivonne Ortega, la gobernadora que en día hábil abre espacio para estar con su candidato. Como también lo hizo parte de su gabinete, que sin regateos asiste al acto de su candidato presidencial, que es también el arranque de la campaña estatal. Partido y gobierno confluyen, como antaño, para pregonar el cambio ante unas masas movilizadas por las alcaldías priístas en la entidad.
Desde temprano la operación se da desde el gobierno de Ortega, que coordina los esfuerzos priístas por acercar masas a sus candidatos y garantizar el éxito del acto, aunque para ello haya tenido que condicionar a cada alcalde priísta cumplir una cuota mínima de camiones que trasladen gente al puerto. Es la hora de mostrar la estructura y se actúa en consecuencia, aunque algunos ediles hayan expuesto su imposibilidad de llevar los militantes que le han pedido.
A la espera de los candidatos, cuyo arribo estaba previsto a las 18 horas, las arengas de los animadores aluden a la CTM, la CROC, la CNOP, que aportan su parte para juntar al conglomerado que recibe a los candidatos. Estado priísta al fin, favorece el escenario.
En su turno, Zapata Bello contribuye a atizar el encono contra el gobierno federal, atribuyendo los avances en Yucatán a Ortega, pero endosando las carencias sociales a la administración calderonista:
Y todo eso lo hemos conseguido a pesar de un gobierno federal que no ha sido solidario con Yucatán, que siempre intenta regatearnos presupuestos y que nos pone muchas trabas.