Entre evidencias de que es desconocido por los habitantes de la ciudad de México y críticas por defender los intereses de Elba Esther Gordillo, el candidato presidencial del Partido Nueva Alianza (Panal), Gabriel Quadri de la Torre, se trasladó en el Metrobús número 318 –de La Joya a Indios Verdes, sobre avenida Insurgentes– de la estación Francia al Monumento a la Revolución.

La mayoría de usuarios del servicio público de transporte no se inmutó ante la presencia de Quadri, y los que lo reconocían señalaban su melena y su relación con la lideresa del SNTE. Atraía miradas también porque las cámaras de televisión no se despegaron de él en todo el trayecto.

Tras 25 minutos de recorrido en compañía de su esposa y su hijo, Quadri trataba de ser amable con todos. Al descender del Metrobús se encaminó a la Plaza de la República, donde ofreció una conferencia de prensa.

Sonriente, sin perder la compostura posando para las cámaras –y cuando volteaba contra las lentes un ayudante se le acercaba para corregirle a las cámaras–, respondió a las interrogantes. Y también, con una ligera mueca de disgusto, aguantó el reclamo de un joven:

Usted sólo está como candidato del partido de Elba Esther Gordillo para taparle el ojo al macho. ¡Usted no propone nada; sólo es un siervo de Elba Esther Gordillo que pretende conservar el registro y las prebendas que de él se desprenden!.

Entre curiosos y reporteros que acudieron a la Plaza de la República, el candidato se pronunció en favor de despenalizar el uso de la mariguana y convocó a un debate público al respecto en el que participen autoridades, ciudadanía e incluso gobiernos de otros países.

También se manifestó a favor de continuar la actual lucha contra la delincuencia organizada; cueste lo que cueste se debe mantener el combate al crimen, porque dejar de combatirlo sería equiparable al delito de traición a la patria, adujo.

Antes de hacer un breve recorrido por la renovada plazoleta propuso que un sector de la educación se privatice, para que la infraestructura educativa sea atendida por empresas privadas. Y cuando distintas personas lo invitaban a darse una remojada en la fuente, les respondió: no puedo porque no traigo ropa para cambiarme, y tengo gripe.