Domingo 1º de abril de 2012, p. a16
Un personaje olvidado de la historia siciliana motivó a Leonardo Sciascia para adentrarse en infinidad de documentos y hallar una respuesta al caso del fraile Diego La Matina, quien sufrió severos castigos del tribunal de la Inquisición. La vida del religioso fluyó entre los encarcelamientos, la exasperación y la locura la cual finalmente lo orilló a asesinar al inquisidor del reino de Sicilia, Juan López de Cisneros, en 1657.
El caso del hereje La Matina nunca se esclareció y, por tanto, nunca se supo del pecado
que cometió. Esta leyenda oscura creada en torno a La Matina fue una de las razones por las que Sciascia hurgó en diversos archivos para desentrañar y culminar una historia de la que él mismo sabía no terminaría nunca
. Esta idea le generaba la incertidumbre de que algún día hallaría un nuevo documento, una nueva revelación o un indicio desconocido.
El autor, fallecido en 1989, plantea en esta obra que La Matina fue un hombre avanzado en su tiempo, con una visión poco ortodoxa del Evangelio y murió víctima de los efectos no deseados de la represión del Santo Oficio.
Leonardo Sciascia nació en Racalmuto, Sicilia, en 1921; tuvo una brillante carrera periodística y fue uno de los novelistas italianos más importantes de la posguerra. Por esta razón su obra y su activismo político estuvieron marcados por una decisiva oposición a cualquier manifestación abusiva del poder.
Muerte del inquisidor se publicó en Italia en 1964 y fue considerado por el autor como su mejor obra. Entre las afirmaciones del escritor, durante la pormenorizada investigación que realizó, aseguraba que la Inquisición está lejos de haber dejado de existir en el mundo
.
Título: Muerte del inquisidor
Autor: Leonardo Sciascia
Traducción: Rossend Arqués
Editorial: Tusquets
Número de páginas: 140
Precio de lista: 129 pesos