Sumó prosa y poesía para inventar un nuevo estado del lenguaje: Luis Jorge Boone
Viernes 30 de marzo de 2012, p. 5
Como un homenaje al escritor Daniel Sada (1953-2011), la editorial Posdata presentó la noche del miércoles la redición de su libro El amor es cobrizo, publicado por primera vez en 2005.
El volumen del autor nacido en Mexicali, Baja California y fallecido el pasado 18 de noviembre, recoge su quehacer poético, faceta que, según el ensayista José María Espinasa, impulsó a Sada para dedicarse a las letras.
En la poesía, Sada halló su génesis de escritor y, en gran medida, uno de los principales componentes de su estilo literario.
Al respecto reflexionaron los escritores José María Espinasa y Luis Jorge Boone durante la presentación del libro El amor es cobrizo, coedición de Postdata, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El propio Sada consideraba ese poemario como uno de sus libros más icónicos
y, aunque su trabajo poético ha sido poco leído, él siempre quiso darle una segunda oportunidad
a esa faceta, según se destacó durante el acto efectuado en la Casa Refugio Citlaltépetl.
Luis Jorge Boone ubicó a Daniel Sada entre esos escasos escritores dispuestos a saltarse las barreras de los géneros y perderle respeto a la ley severa, al cultivar con la misma pasión y ahínco la narración y la poesía.
Recordó lo que Bernard-Henri Lévi sostiene en el libro Enemigos públicos, de que no hay géneros menores, pues cualquier de éstos se vuelve mayor en cuanto un artista se apodera de él y decide proclamarlo como tal.
Daniel Sada aprendió, en la forma del arrebato personal y el asombro cotidiano, esa vieja verdad que dice que lo que puede cantarse debe contarse para existir y lo que puede contarse debe cantarse para ser vivido
, afirmó el joven autor coahuilense, quien precisó lo determinante que fue para Sada la lectura, durante la adolescencia, de La divina comedia, pues le permitió vislumbrar dos formas de contar una historia: en prosa y en verso.
Sada rompió moldes y concepciones anquilosadas con su escritura, al valerse por igual del relato y el verso para crear la aleación de su estilo, dijo Boone. Logró inventar un nuevo estado del lenguaje: ni prosa ni poesía, sino una sumatoria de todas estas potencias
.
Desdén de los críticos
José María Espinasa mencionó que la poesía tuvo un lugar central en la concepción del mundo, la escritura y la vida de Daniel Sada, y recordó que incluso fue con ella como comenzó su carrera literaria.
Sin embargo, el editor mencionó que casi de inmediato se volvió narrador, porque tenía claro que no sólo debía vivir como escritor, sino vivir de la escritura, algo que la poesía no le permitiría, debido al escaso público.
Como primer editor de El amor es cobrizo, Espinasa consideró que se trata de un poemario excepcional, el cual merecía la atención de los críticos especializados, pero éstos no lo tomaron en cuenta, aseguró, por tratarse de la obra de un narrador.
Describió que los de Sada son poemas no sólo con historia, sino con anécdota, y recalcó cómo varios parten de situaciones cotidianas, como comer tacos.