Pasada la euforia del regreso del automovilismo mexicano a un podio en Fórmula Uno, después de 40 años de ausencia, el piloto Sergio Checo Pérez admitió que se siente decepcionado porque pudo haber ganado el Gran Premio de Malasia, en vez de conformarse con el segundo lugar.

Surgieron algunos rumores de que se le presionó para que dejara ganar al español Fernando Alonso, de Ferrari, pero el dueño de la escudería, Peter Sauber, en la que corre el tapatío, negó las versiones. Durante la competencia, una llamada de un ingeniero previno al mexicano además que no se precipitara por la victoria.

El veterano piloto Adrián Fernández consideró que esa advertencia para que Checo no intentara rebasar al español fue por los intereses comerciales que tiene Sauber con Ferrari, que le distribuye los motores.

Él era muy superior a Alonso, tanto él como el coche. Para mí, esa llamada es un poco más de estrategia por la relación comercial que tienen con Ferrari que otra cosa, sostuvo.

En esa cooperación se apoyaron los rumores que ayer fueron negados por Peter Sauber, y en que la empresa italiana estaba urgida de un triunfo en el circuito de Sepang, luego de que el estado del tiempo jugó en su favor y Pérez parecía el único capaz de detenerla.

Lo que dijo el dueño

Le dijimos a Pérez que fuera cauto, ya que todos nuestros rivales de escudería, todos los equipos de la media tabla, estaban en los puntos; necesitábamos el resultado, no la posición, expuso el suizo Sauber. Ha habido un malentendido.

Éste consistió en que, antes del error en una curva, el jalisciense escuchó la orden del ingeniero de que fuera cauto y no se precipitara por superar al español para ganar la carrera, ya que Sauber buscaba sólo el resultado, no la posición.

Ten cuidado, ten cuidado; necesitamos la posición, fue lo que escuchó el piloto desde su puesto en el vehículo.

Checo admitió que después de dejar atrás la sensación de que pudo entrar antes que Alonso empezó a reconocer que era un gran resultado y un estímulo incomparable para el equipo Sauber.

Al principio estaba un poco decepcionado, porque pensé que tal vez podría haber ganado, aunque nadie sabe lo que al final hubiera pasado si atacaba a Fernando Alonso y llegar (primero) en vez de él, comentó el mexicano, quien efectivamente tuvo la oportunidad de coronarse en el Gran Premio de Malasia, pero un error en la vuelta 51 le negó el título.

Sin embargo, tiene claro que deberán seguir trabajando para sacar mejor provecho al auto que conduce, pero precisó que sobre todo hay que mantener una postura realista.

A pesar de que el ritmo en la competencia fue bueno, no podemos olvidar que el resultado llegó tras una carrera muy rara, disputada en condiciones extraordinarias, confesó el piloto.

No obstante, no pierde el entusiasmo que le dejó este segundo puesto y afirmó que siempre quiere ganar todas las carreras, por eso confió en que que su primera victoria llegará tarde o temprano.

Sería ideal si pudiera ser en este año, admitió.

Con el segundo lugar en Malasia, Sergio Pérez sumó 22 puntos para colocarse en el quinto sitio de la clasificación de pilotos, que comanda Fernando Alonso con 35. En la tabla de constructores, Sauber se encuentra en el cuarto escalón, con 30 unidades.

En la presente campaña el gran objetivo del equipo suizo es culminar entre los primeros seis puestos, así que la meta principal es que Pérez y su coequipero, el japonés Kamui Kobayashi, traten de concluir entre los 10 lugares iniciales en cada carrera antes de buscar subir al podio.

Aunque de darse, tal como sucedió este domingo en la segunda jornada de la Fórmula Uno, sin duda es mejor resultado para Peter Sauber y su escudería.