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Mediante filmes y pláticas intentan desalentar a militares de sumarse al crimen organizado

Campaña de Sedena contra la deserción y para reforzar la lealtad de los soldados

Los participantes deben sopesar sus prestaciones y la posibilidad de llevar una vida de animales

 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de marzo de 2012, p. 16

Para incrementar la lealtad de los integrantes del Ejército Mexicano y la Fuerza Aérea, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) puso en marcha una campaña de concientización sobre las situaciones que enfrentan quienes traicionan a los institutos armados y se suman a grupos criminales. Historias de sicarios que terminan viviendo en bodegas durante un mes o más, comiendo frijoles agrios y tortillas duras o enmohecidas; durmiendo en colchonetas y sin sanitarios.

Funcionarios de la Sedena revelaron a La Jornada que, para lograr el reforzamiento de lealtad institucional, en todas las zonas y regiones militares, el personal está obligado a asistir a un taller de concientización, en el cual se les proyecta un filme en el cual se muestran casos de desertores, que por ejemplo se sumaron a Los Zetas y han terminado abatidos o encarcelados.

En la proyección se presentan además casos de narcotraficantes como Arturo Beltrán Leyva o Ignacio Coronel Villarreal, líderes de los cárteles Beltrán Leyva o Sinaloa, quienes han fallecido en enfrentamientos contra militares o marinos.

Vida criminal

Se muestran interrogatorios de presuntos delincuentes que al ser detenidos hablan de su participación en grupos criminales, especialmente dedicados al tráfico de enervantes, de personas o la producción de drogas sintéticas, en los que dan cuenta de la vida que llevaban, el tiempo que pasaron delinquiendo y las sumas de dinero que obtenían.

Las fuentes consultadas refirieron que quienes tienen comisiones, por ejemplo, los elementos que participan en campañas de destrucción de cultivos ilícitos y que pasan entre 15 y 30 días en zonas serranas de los estados de Sinaloa, Guerrero, Durango, Coahuila, Oaxaca y Chihuahua, se van tres días de descanso y a su regreso participan en estos talleres, donde se muestra, por ejemplo, a dos grupos de narcotraficantes detenidos, en Guerrero y en Veracruz, que habían sido contratados por 5 mil pesos al mes, pero ante las embestidas gubernamentales permanecían como animales en bodegas donde también ocultaban armas.

Foto
Elementos del Ejército buscan cultivos de amapola en la sierra de Guerrero, donde llegan a permanecer hasta 30 días. Imagen de mediados de este mesFoto Víctor Camacho

“Los encerraron sus jefes por más de un mes. Les daban de comer tortillas duras y frijoles agrios. Allí defecaban y dormían sobre colchonetas.

Luego de que descubrimos la bodega en Guerrero, encontramos que uno de los detenidos había enviado mensajes de texto desde su celular a sus líderes para pedirles que le dieran dinero, que llevaban tres meses sin cobrar, y su familia ya no tenía para comer, expresó uno de los participantes en ese operativo que ahora es utilizado para ejemplificar cómo viven quienes deciden enrolarse en los grupos criminales.

En las charlas a las que asisten los militares se les exhorta a poner en una balanza lo que ganan, los servicios y prestaciones a los que tienen derecho al formar parte de las fuerzas armadas, como servicio médico permanente para ellos y sus familias, posibilidades de obtener créditos para vivienda, becas para que sus hijos estudien desde primaria hasta licenciatura y bonos por su desempeño.