El Presidente y el pontífice charlaron en privado sobre desarme y temas de la agenda global
Ratzinger escuchó a la madre de uno de los jóvenes asesinados en Villas de Salvárcar: Los Pinos
Domingo 25 de marzo de 2012, p. 5
Guanajuato, 24 de marzo. El papa Benedicto XVI se reunió con ocho víctimas de la guerra contra la delincuencia que le fueron presentadas por el presidente Felipe Calderón. Antes, ambos dirigentes sostuvieron una reunión privada en que trataron temas de la agenda global.
Presidencia de la República difundió los nombres de los participantes en el encuentro efectuado antes de que el Papa diera un mensaje desde el balcón de la Casa del Conde Rul a las 19:30 horas.
Según Los Pinos, el religioso escuchó a siete mujeres, entre ellas María Guadalupe Dávila, madre de Rodrigo Cadena, uno de los 18 jóvenes asesinados en Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, lo mismo que Josefina Torres, esposa de un militar fallecido durante un operativo en Durango.
Concluido el encuentro privado entre el jefe del Vaticano y Calderón, que duró 45 minutos, cada uno de los familiares fue presentado al Papa, momento en que le narraron su historia y recibieron un breve mensaje, según la oficina presidencial.
También asistieron María Elvia Valencia, madre de un policía federal desaparecido por el crimen organizado en Ciudad Hidalgo, Michoacán; María Herrera, madre de cuatro hijos que fueron desaparecidos por la delincuencia organizada. Sus nombres son José de Jesús, Raúl, Gustavo y Luis Armando Trujillo Herrera.
Otras personas escuchadas por el Papa fueron: Alicia Ulloa Conde, hermana de Gabriela Ulloa, víctima de secuestro; Araceli Quintanilla Ocaña, de Monterrey, Nuevo León. Su hermana falleció víctima de fuego cruzado. Era estudiante de la Universidad de Nuevo León.
Además: Verónica Cavazos, viuda del alcalde de Santiago, Nuevo León, Edelmiro Cavazos, y Norberto Ortega Tafoya, víctima de secuestro, finalmente liberado.
Durante su reunión de trabajo, Calderón y el Papa revisaron temas de interés común de la agenda internacional.
De la charla que sostuvieron Los Pinos dio cuenta en dos párrafos de un boletín. Indicó que coincidieron en la necesidad de lograr un tratado internacional sobre comercio de armas pequeñas y ligeras, ya que su proliferación ha favorecido la acción del crimen organizado.
Conversaron sobre la lucha contra el hambre en el mundo, el deseo de avanzar hacia el desarme nuclear y destacaron la labor de coadyuvancia internacional que la Iglesia católica brinda desastres naturales y asistencia humanitaria. Dio más detalles de la reunión entre la comitiva encabezada por el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, y con Dominique Mambertti, encargado de las relaciones con los estados, y sus pares mexicanos, los secretarios de Gobernación, Alejandro Poiré, y la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa.
La delegación nacional hizo una exposición sobre el desarrollo de la presidencia mexicana del G-20 y los funcionarios también abordaron temas de interés común
de la agenda internacional como son el cambio climático, la lucha contra la delincuencia trasnacional y la migración.
Los Pinos dedicó tres párrafos para explicar que la Santa Sede es la persona jurídica internacional que representa a la Iglesia católica
y tiene relaciones con México desde el 21 de septiembre de 1992.
Al salir al balcón de la Casa del Conde Rul, Ratzinger estuvo acompañado de varios niños, entre ellos los hijos de integrantes del gabinete de Calderón fallecidos en accidentes aéreos: los de Juan Camilo Mouriño y los de Francisco Blake Mora, Felipe Zamora y José Alfredo García.
Durante la reunión los hijos del Presidente entregaron obsequios al Papa. María, la mayor, dio sus libros favoritos: Los mejores cuentos clásicos de los hermanos Grimm y de Perrault y Leyendas mayas, entre otros. Juan Pablo, el menor, le dio su cinta de karate y los recuerdos de su primera comunión.
Mientras Luis Felipe le dio playeras de la selección nacional de futbol y la esposa del mandatario, Margarita Zavala, una estola bordada por mujeres de Tzintzuntzan, Michoacán.