ras su decimotercera edición (17 a 21 de marzo de 2012, Papantla, Veracruz), el festival Cumbre Tajín no volverá a ser el mismo. Con la presencia de figuras de gran prestigio como Björk y Janelle Monáe (de haber estado Sinead O’Connor se habría completado aún más lo dicho), habrá un antes y un después, si lo saben aprovechar. Y es que, destacó su director Salomón Bazbaz, para esta programación eligieron correr riesgos en vez de estancarse o virar hacia artistas más pop. Después de que quien escribe le comentó que el cartel de este año denotaba haber sido programado por alguien interesado en la calidad musical, no en estrellas de relumbrón, aquél asintió y reveló que, con ayuda de Brenda Tubilla, se hizo una apuesta musical arriesgada. Tuve miedo de que no funcionara, pero afortunadamente la respuesta de la gente fue muy positiva. Unos artistas atraen masa y otros traen prestigio, y nos fuimos por lo segundo. A partir de esto, medios del mundo que jamás habían hablado de Cumbre Tajín empezaron a hacerlo.

Como botón de muestra, a la mañana siguiente de la participación de Monáe, el martes, la revista SPIN ya destacaba su actuación y compartía en video el acribillador cóver que allí hizo a Little Wings de Jimi Hendrix, al lado de su guitarrista Kellindo Parker: http://bit.ly/GHattU

Cumbre Tajín (con buena organización, seguridad y logística) tiene la oportunidad de convertirse en un punto de referencia global de música diversa, en el que los retos no sólo están en traer artistas que fusionen la música del mundo con ritmos contemporáneos, sino en elevar a mayores escenarios la música tradicional local, muy viva en la cotidianeidad (tan sólo la veracruzana es amplísima), y no en escenarios secundarios a manera de folclor. Por otro lado, es crucial incentivar estos encuentros de calidad, no sólo por descentralizadores, sino como contrapeso cultural en las zonas laceradas por el miedo y la violencia.

Vuelos multicolores

Con la bendición de los kosne (el que vuela), artífices de la Danza del Volador, milenario ritual aéreo totonaca que emula a las aves para agradar a los cielos e invocar al agua y al Sol, la primavera se inició astronómicamente el martes 20, y el anhelo de un nuevo ciclo volvió a ser pretexto para ofrecer un combinado musical decantado hacia el rock y la fusión de géneros. Con la belleza de la Pirámide de los Nichos como testigo a un kilómetro de distancia, las voces, las ejecuciones instrumentales, los estilos y las cosmovisiones disímiles se dieron cita en el parque temático Takilhsukut, para plasmar un penacho de vuelos multicolores, tramado con cerca de cinco mil actividades culturales.

Si bien este medio ya ha dado detalles, este espacio quiere destacar algunos momentos. Caifanes, banda histórica y consentida, sigue congregando multitudes, pero debe definir camino y crear nuevos temas. Café Tacvba refrendó su trono, con un concierto que volvió a lo básico en arreglos y fue de lo íntimo a lo potente, para generosos rendir homenaje a quienes les han precedido, con un popurrock de Zoé, Hello Seahorse, Nortec, Plastilina Mosh, Kinky, entre otros. Se vaticina que dicho ánimo y show sean repetidos en el Vive Latino.

Imponente fue Monáe, de ascendencia sónica Motown, voz soul espectacular y gran presencia, capaz de emular el género con mucha clase y ácido contemporáneo, y a la vez romper con los clichés del desvirtuado R&B. Con temas del multipremiado The Archandroid (2010) y homenajes a Prince, Michael Jackson y Hendrix, desgraciadamente ante poco público, su participación fue referente crucial. Por piedad, algún promotor tráigala al Distrito Federal.

La islandesa Björk, que ha bajado sus bonos al no aportar ya mucho después del Medúlla (2004), revalidó su esmero por el detalle escénico, con visuales de geometría alucinógena, sonidos electro-desconcertantes y voces delirantes provenientes de un ensamble coral femenino que la ayudó a darle la vuelta a sus hits con disonantes notas mil, generadoras de pasmosas microtonalidades. Lejana ya al capricho hipster, pero aun cerca de la precisión artística, sigue imponiendo.

El festival que da el revés

El Vive Latino 2012 (23, 24 y 25 de marzo) reverdea con tres días en los que la magia la sigue haciendo el público, y en los que el español se impone sobre el inglés para ser el revés de los festivales gabachos, donde los mexicanos son puestos como segundones. Aquí, aun tratándose de Madness, Kasabian, The Horrors o Fatboy Slim, son éstos los invitados y no los titulares. Además, virtud reciente del VL es la inclusión de bandas independientes, entre las que muchas veces están las propuestas más interesantes. Detalles: vivelatino.com.mx. Propuestas: patipenaloza.blogspot.com

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