Sábado 17 de marzo de 2012, p. 28
El revés sufrido ante Brasil con el Acuerdo de Complementación Económica 55 (ACE 55) al aceptar reducir la exportación de vehículos hacia ese país con el que había superávit, enterró en lo inmediato la posibilidad de firmar un tratado de libre comercio (TLC) en el que tanto insistió el gobierno federal en los últimos dos años.
En un encuentro con reporteros, Bruno Ferrari, secretario de Economía, respondió así cuando se le preguntó sobre si se sentará a negociar un nuevo acuerdo con la nación sudamericana: No, no, no. Momento. Después de esto me parecería irresponsable hablar de un TLC hasta que no se haya devuelto la confianza al mercado y también a los industriales de ambos países
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El secretario se presentó ayer ante los miembros del Consejo Coordinador Empresarial para explicar las modificaciones al ACE 55 e insistir en que se logró salvar porque de lo contrario hubiera implicado un conflicto internacional muy serio entre los dos países, desde el punto de vista comercial y, ¿por qué no decirlo?, probablemente político
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También enfocó su discurso para convencer a los empresarios de las ventajas de que México se adhiera cuanto antes al Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), al que pertenecen nueve naciones que tienen litorales en el Pacífico y en el que, por lo tanto, no puede integrarse Brasil, y que ha sido ponderado como una ventaja adicional por los funcionarios gubernamentales.