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Más de tres horas de algarabía, falsete y fiesta en la Sala Nezahualcóyotl

Celebración del patrimonio de la humanidad: la Ofunam con mariachis

Proyectos como éste son un aire fresco dentro de lo que acostumbramos hacer: Rivero Weber

Anuncia otra modalidad: la filarmónica universitaria interpretará éxitos del pop de los años 70 y 80

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Un instante del concierto efectuado en la Sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural UniversitarioFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Viernes 16 de marzo de 2012, p. 5

A la manera de un torero antes de hacer el paseíllo, el cantante Arturo Vargas, guitarrista y trompetista del Mariachi Vargas de Tecalitlán, elevó la mirada hacia el cielo, se santiguó y luego, con garbo y paso marcial, caminó hacia al micrófono para enfrentarse con su destino, ante el silencio sepulcral, respetuoso, del público que la noche del miércoles desbordó la Sala Nezahualcóyotl.

Tal solemnidad casi ritual pudo entenderse enseguida, cuando de los otros 12 integrantes de esa popular agrupación, la más prestigiada y antigua de México, con 111 años de existencia, irrumpieron los acordes de El pastor, que dio fama a Miguel Aceves Mejía, la prueba máxima para dominar el falsete.

Siguiendo con la analogía taurina, fue una faena riñonuda la bordada por el cantante a esa pieza de los Cuates Castilla, en la que los bien templados e interminables agudos de su pecho calaron hondo en el ánimo de la audiencia, la cual salió impulsada de las butacas para reconocerlo, de pie, con vítores ensordecedores por su interpretación.

Festiva fue, en general, la tónica que prevaleció a lo largo de las cerca de tres horas que duró la gala que la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam) ofreció la noche del miércoles al lado de los dos principales mariachis del país: el Vargas de Tecalitlán y el de América de don Jesús Rodríguez de Híjar.

Tan singular concierto fue posible gracias al esfuerzo conjunto de la máxima casa de estudios y la Cámara de Comercio de Guadalajara, en el contexto de la declaratoria del Mariachi como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco, emitida el 27 de noviembre de 2011.

Asistencia del rector José Narro

El programa, que contó entre el público con la presencia del rector de la UNAM, José Narro Robles, constó dos partes. En la primera, la agrupación universitaria, dirigida por Héctor Guzmán, en calidad de huésped, alternó por separado con ambos conjuntos tradicionales.

Mientras, en la segunda, cada uno de esos mariachis tocó lo mejor de su repertorio para, al final, fusionarse en una especie de orquesta folclórica de 27 elementos y cerrar la noche con un popurrí, así como el infaltable Son de la Negra, ante el júbilo del público, que ya para entonces había cantado, gritado y silbado cuanto pudo.

Nomás faltaba el tequila, se lamentaron algunos. Y no era para menos, en el programa figuraron varios de esos temas-himnos que son parte de la educación sentimental del mexicano, varios de ellos de José Alfredo Jiménez.

Cruz de olvido, Si nos dejan, El siete mares, Paloma negra, Cucurrucucú, Hermoso cariño, Paloma negra y Amorcito corazón fueron algunos. Imprescindibles, también sonaron Guadalajara y El jarabe tapatío.

Ensamblar una orquesta sinfónica con uno o más mariachis puede decirse que es habitual desde hace 18 años, cuando a instancias de la Cámara de Comercio de Guadalajara fue creada la Compañía Nacional del Mariachi de México, integrada por los mejores elementos de esos grupos tradicionales, que con frecuencia alternan con músicos del ámbito clásico, en presentaciones en diversos puntos de la República y el extranjero.

Para la Ofunam ésta fue la primera experiencia con esa compañía. De acuerdo con el titular de la Dirección de Música de la UNAM, Gustavo Rivero Weber, estas iniciativas resultan positivas para la agrupación, no sólo porque se aborda música y repertorio distinto, sino porque se atiende a un público poco habituado a asistir a las salas de concierto que, después de la experiencia, quizá se sienta atraído por la música de concierto.

Destacó que la UNAM y la Sala Nezahualcóyotl no deben cerrar las puertas a una de las expresiones culturales de mayor tradición y representatividad del país: la música de mariachi.

Estamos muy contentos de concretar proyectos como éste. Son un aire fresco dentro de lo que acostumbramos hacer. Además, es nuestro deber programar conciertos populares, así como infantiles; la idea es atender a otro de tipo de públicos y formar nuevos escuchas, afirmó en entrevista.

Sé que siempre habrá puristas que critiquen y se opongan (a iniciativas de esta naturaleza). Sea de mariachi, rock, de concierto, sólo hay dos clases de música: la de primer nivel y la de mala calidad. Lo que debemos cuidar, sólo, es que siempre hagamos lo mejor.

Rivero Weber aseguró que, además de su misión y trabajo habituales, la Ofunam mantendrá su disposición a propuestas de ese tipo e incluso adelantó la posibilidad de que en otoño la agrupación arme un programa con música de Pink Floyd.

El también pianista recordó que la orquesta repetirá el 21 y el 22 de abril, en la Sala Nezahualcóyotl, el concierto con éxitos de los años 70 y 80, el cual tuvo buena respuesta del público cuando fue presentado en el Auditorio Nacional, en 2009, con localidades agotadas.