Salma Hayek y Miss Bala fueron superadas por Elena Anaya y Un cuento chino
La película de Enrique Urbizu ganó en seis categorías y se impuso a La piel que habito, de Pedro Almodóvar
El artista, mejor largometraje europeo, sobre Un Dios salvaje, de Polansky
Lunes 20 de febrero de 2012, p. a13
Madrid, 19 de febrero. La película No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizu, fue la triunfadora en la gala de los Premios Goya de la Academia de Cine de España, al obtener los galardones a mejor película y mejor dirección, entre otros.
La cinta sobre el policía Santos Trinidad –quien se ve envuelto en un caso complejo que lo vuelve protagonista y villano– es considerada una de las muestras recientes del cine negro español, que suma ya varios premios.
En dirección, Urbizu superó a Pedro Almodóvar por La piel que habito, a Benito Zambrano, por La voz dormida, y a Mateo Gil por Blackthorn, sin destino.
La actriz mexicana Salma Hayek presentó el premio al mejor actor protagonista, que ganó José Coronado, también por No habrá paz para los malvados, categoría en la que competía contra Antonio Banderas por La piel que habito, Luis Tosar por Mientras duermes y Daniel Brühl por Eva.
El premio a mejor actriz protagonista fue para Elena Anaya por La piel que habito, renglón en que concursaban Salma Hayek por La chispa de la vida, Verónica Echegui por Katmandú, un espejo en el cielo e Inma Cuesta por La voz dormida.
El Goya a la mejor actriz de reparto fue para Ana Wagener por su papel en La voz dormida, con lo que se impuso a Maribel Verdú por De tu ventana a la mía, a Pilar López de Ayala por Intruders y a Goya Toledo por Maktub.
El premio al mejor actor de reparto se lo llevó Lluis Homar por Eva. Esta categoría estaba considerada una de las más difíciles, pues contendía con Juan Diego por 23-F, la película, con Juanjo Artero por No habrá paz para los malvados y Raúl Arévalo por Primos.
La intérprete María León ganó el Goya a la mejor actriz revelación por La voz dormida, el premio de mejor actor revelación fue para Jan Cornet por La piel que habito y el galardón al mejor director novel fue para Kike Maillo por Eva.
Garzón, protagonista
La mejor película documental se otorgó a Escuchando al juez Garzón, de Isabel Coixel; mientras el mejor largometraje de animación lo ganó Arrugas, basado en el cómic de Paco Roca, dirigida por Ignacio Ferraras.
Como mejor película hispanoamericana se coronó la argentina Un cuento chino, que se impuso a la mexicana Miss Bala, de Gerardo Naranjo, a la cubana Boleto al paraíso y a la chilena Violeta se fue a los cielos.
El mejor largometraje europeo lo ganó El artista, que se impuso a la francesa Un Dios salvaje, de Roman Polanski, a la danesa Mechancolia y a la británica Jane Eyre.
El Goya por mejor guión original fue para Enrique Urbizu y Michel Gastambide por No habrá paz para los malvados, mientras el galardón de mejor guión adaptado se lo llevaron Ángel de la Cruz, Ignacio Pedreras, Paco Rocas y Rosanna Cecchinni por Arrugas.
En la categoría de mejor dirección artística el triunfador fue Juan Pedro de Gaspar por Blackthorn, sin destino. El premio al mejor diseño de vestuario se otorgó a Clara Bilbao, también por esta cinta.
El Goya al mejor cortometraje de ficción lo recibió El barco pirata, de Fernando Trullols, el premio al mejor cortometraje documental fue para Regreso a Viridiana, de Pedro González Bermúdez, y el de cortometraje de animación a Birdboy, de Alberto Vázquez y Pedro Rivero.
En la categoría de mejor maquillaje y peluquería el ganador fue el equipo de La piel que habito, integrado por Karmele Soler, David Martín y Manolo Carretro. El Goya a los mejores efectos especiales se otorgó al equipo de Eva: Arturo Balseiro y Lluis Castells.
La estatuilla a la mejor canción original fue para Carmen Agregado por Nana de la hierbabuena, en la película La voz dormida y el Goya a la mejor música original lo recibió Alberto Iglesias por La piel que habito.
El premio de la mejor dirección de producción fue para Andrés Santana por Blackthorn, sin destino, mientras en mejor dirección de fotografía ganó Juan Antonio Ruiz Menchía, también por esa cinta.
El mejor montaje fue recibido por Pablo Blanco por No habrá paz para los malvados y en el apartado de mejor sonido ganaron Licio Marcos de Oliveira e Ignacio Royo-Villanueva por la misma cinta.
Como estaba previsto, el Goya de honor fue para la realizadora Josefina Molina, con décadas de trabajo en el cine español, quien por motivos de salud no pudo asistir a la gala y envió un mensaje para expresar su agradecimiento.