El país, de los primeros exportadores de productos creativos, indicó la integrante de la UNCTAD
México tiene mucho de qué beneneficiarse con la cultura: Dos Santos-Duisenberg
Esta industria impacta la economía de las naciones, señaló la representante de la ONU
Domingo 19 de febrero de 2012, p. 5
Un país como México tiene mucho de qué beneficiarse a través de la cultura, por su herencia patrimonial e histórica, su ubicación en América del Norte, su proximidad con Estados Unidos. Hay un potencial enorme y está haciendo muchas cosas bien, pero podría hacerlo mejor
, señala Edna dos Santos-Duisenberg, jefa del programa de Economía Creativa de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), quien se encuentra en México para participar en el CROMAfest, que concluye este domingo.
“Hicimos un estudio de Naciones Unidas, el primero en el que intentamos entender un poco la economía creativa y su impacto comercial; llegamos a la conclusión de que actualmente son los sectores más dinámicos de la economía.
En este estudio, México está entre los 20 mayores exportadores de productos creativos, creo que esto es importante; vimos que tiene una exportación de más de 4 billones de dólares por año, esto sin contar los datos de la economía informal que también tiene un impacto importante en la actividad económica.
El concepto de economía creativa alude a la conexión entre la creatividad, la cultura, la economía y la tecnología, en un mundo dominado por imágenes, textos, sonidos y símbolos, de acuerdo con la explicación de la UNCTAD.
Al tratar el tema de economía e industrias creativas hablamos no sólo de fomento de empleo o del impacto en la balanza comercial, sino también del impacto social
. Industrias creativas incluyen las expresiones culturales y tradicionales como artesanías, festivales, celebraciones, los sitios culturales: monumentos históricos, museos, librerías, archivos; las artes visuales: pintura, escultura, antigüedades, fotografía; las artes escénicas: música en vivo, teatro, danza, ópera, títeres, circos, literatura y publicaciones, audiovisuales, medios interactivos, diseño y servicios creativos como arquitectura, publicidad, investigación y desarrollo creativo y servicios culturales.
Dentro de la economía creativa vivimos ya en una sociedad en la que el valor de la vida social, la vida cultural, el entretenimiento pasa a ser más importante, porque en la medida en que hay una clase media, vamos dedicando cada vez más un porcentaje mayor, para, justamente, cuando tenemos un día libre, viajar, ir al cine, consumir cultura, ver un concierto; todo esto es economía creativa
.
Quizás por eso es sintomático que durante las crisis económicas los sectores vinculados a las economías creativas continúan creciendo. Esto nos habla, agrega, de que no hay que ver la cultura desde el punto de vista de su aporte cultural, “sino ver estos sectores como una actividad económica. Ver que estos productos tienen valor económico, cultural, simbólico, tanto los tangibles como los intangibles; que es una forma distinta de actividad económica, pero es una actividad económica.
“Antes, cuando hablábamos de la cultura, pensábamos únicamente en las políticas de gobierno para que ésta sobreviviera. Hoy pensamos que es un sector que necesita de lo público y lo privado, que necesitamos inversiones, tecnología, infraestructura.
En América Latina los países que mejor han entendido esta unión cultura-economía son Brasil, Argentina, Chile y Colombia, nación ésta que recuperó a sus jóvenes a través de la cultura.
El propósito de la economía creativa y de las industrias culturales es aplicar políticas multidisciplinarias que consideren que las políticas culturales tienen que vincularse con otros sectores
. Cada país tiene que encontrar sus fórmulas de acuerdo a su identidad cultural y sus especificidades.