El programa del décimo Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo (Sitac), diseñado como una obra de arte en general, comenzó ayer en el Teatro Julio Castillo y concluirá este sábado.

Propone, expresó Shuddhabrata Sengupta, su director invitado, movimientos y actos, como una pieza teatral, es decir, una parte conduce a otra.

En la reunión, cuya temática central es El futuro: de vuelta a la cuenta larga, participan especialistas de varios países. Para el artista, curador y teórico de origen indio, el público verá una visión del mundo que es muy global, pero que no ofrece su internacionalismo como un fetiche, sino que lo toma de manera realista.

Convergen arquitectos, urbanistas, científicos, filósofos, artistas y escritores, a quienes vemos todos como artistas. Eso, además, es un punto que Sengupta desea destacar: el mundo del arte contemporáneo ahora reclama profesiones. No es una cuestión de que las personas pidan permiso de ser artistas, sino más bien el mundo del arte actual reconoce las profesiones como válidas y relevantes dentro de la esfera artística.

Para muestra basta un botón, ayer la conferencia magistral estuvo a cargo de la escritora colombiana Laura Restrepo, quien en su novela Delirio explora “la carga de ver el futuro.

Shuddhabrata Sengupta acotó que la concepción básica del futuro es mirar a lo desconocido. Aún no sabemos cómo será el futuro ni las artes contemporáneas; tampoco qué será del mundo. Sin embargo, los artistas juegan un papel especial, a veces, al actuar como personas que miran hacia adelante.

Embajadores del futuro

Si se piensa que el siglo XX “nos ha permitido entender cómo el mundo es gobernado –prosiguió Shuddhabrata Sengupta–, vamos a decir por el capitalismo y el impacto que esto causa al ambiente. Sin embargo, todavía no tenemos quizás modos de pensar acerca de qué le hace a nuestra ecología interior. Allí es donde los artistas pueden jugar un papel interesante, porque pueden negociar entre la estructura de sentimientos, pensamientos, razón y el mundo exterior.

Empezamos a analizar, diagnosticar, procesar en qué medida esta relación entre el interior y el exterior nos hace movernos hacia el futuro.

Habrá personas que hablarán de la distribución de la comida, así como artistas que trabajan con procesos muy concretos de subjetividad, mientras otros lo hacen con la ciencia ficción. Pero cada uno, a su manera, construye instancias visionarias de cómo podríamos vivir, no sólo ahora, sino más adelante. Así, ellos vienen a ser embajadores del futuro.

Entre los invitados figuran Ashis Nandy, Irit Rogoff, Molly Nesbit, Tino Sehgal, Abraham Cruzvillegas, Carlos Motta, Óscar Hagerman, Michel Rojkind y Hugo Hopping.

Desde el pasado 28 de enero se realiza la segunda parte del simposio, que son las clínicas, con la conducción de Sofía Olascoaga.

Concurren más de 85 participantes y abordan temáticas como la educación (Mónica Castillo), la comunidad (Ignacio Plá y Namomi Rincón-Gallardo) y las condiciones para la producción, a cargo del grupo argentino Iconoclastas.

El Sitac es organizado por el Patronato de Arte Contemporáneo.