Gracias al trabajo de un grupo internacional encabezado por científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Gran Telescopio Canarias (GTC) contará en 2015 con un instrumento infrarrojo que le permitirá acceder a imágenes inéditas del universo en alta resolución.

Un consorcio internacional formado por revisores de Estados Unidos, Holanda, España y Francia, evaluó y aprobó la construcción definitiva del instrumento infrarrojo Frida (acrónimo de inFrared Imager and Dissector for the Adaptive Optics System), que se desarrolla en México bajo el liderazgo de investigadores del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM.

Por primera vez, México lidera en todos los sentidos un proyecto instrumental astronómico internacional de gran envergadura. Lo hace desde 2005, cuando se realizó la fase de proyección técnica y posteriormente un estudio científico. Se trata de una tecnología no diseñada antes y que acaba de ser autorizada para su fabricación, aseveró Beatriz Sánchez, integrante del equipo de científicos del IA.

Este instrumental forma parte de la segunda generación de tecnologías del GTC, uno de los más grandes del mundo en su tipo, con un diámetro de 10.4 metros en su óptica principal y que funciona desde 2009 en La Palma, islas Canarias, España.

Controles similares a los de la NASA

En la evaluación de Frida se aplicaron criterios semejantes a los utilizados para definir la instrumentación de satélites en las agencias espaciales de Estados Unidos (NASA) y Europa (ESA). Una vez que el equipo fue aprobado, se dio autorización para que comience su fabricación definitiva, que se realizará en México. Sánchez informó que el aparato estará armado en 2014 y se harán algunas pruebas finales antes de enviarlo a Canarias, donde se instalará a inicios de 2015 para su inmediata operación.

En entrevista, la investigadora indicó que en este proyecto participan también especialistas mexicanos del Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial; de las universidades Autónoma de Madrid, España, y de Florida, Estados Unidos, y del Instituto de Astrofísica de Canarias, todos encabezados por el equipo de la UNAM.

El equipo del IA que fabricará Frida está conformado por José Alberto López, investigador principal, quien contribuye en la definición del instrumento y el área de ciencia; la gestión del proyecto está a cargo de la propia Sánchez, el diseño óptico es de Salvador Cuevas, la integración y validación está bajo responsabilidad de Carlos Espejo, el control de subsistemas depende de Rubén Flores, la definición del instrumento y el área de ciencia corre a cargo de Alan Watson. En el grupo también participan Óscar Chapa, Luis Carlos Álvarez, Gerardo Lara y Carolina Keiman.

Gracias a la tecnología de Frida, el GTC trabajará en el rango de luz infrarroja y podrá alcanzar, desde la Tierra, un poder de resolución comparable al de los telescopios espaciales para alcanzar toda la luz del universo y así estudiar las composiciones químicas y propiedades físicas de los materiales que lo componen.

Utilizará un método denominado óptica adaptativa, que corrige en tiempo real las deformaciones producidas por la turbulencia atmosférica, condición que provocan que las trayectorias de los rayos de luz provenientes de los astros sean más erráticas y generen imágenes menos definidas

La cámara tomará imágenes con una resolución de decenas de milisegundos de arco, capaz de distinguir una moneda de un peso a más de 100 kilómetros de distancia.

El aporte mexicano al GTC permitirá que científicos del país puedan tener acceso a este telescopio para realizar diversas observaciones e investigaciones. La universitaria explicó que el costos por observar un segundo a través de un instrumento de tal tamaño es de 1.25 euros (alrededor de 23 pesos mexicanos).

Obtener horas de observación en grandes telescopios como éste es importantísimo para dar un salto en los nichos que podemos explotar en México. Gracias a nuestra aportación, los científicos mexicanos tendremos derecho a usar 610 horas durante siete años en este aparato de las Canarias, enfatizó Sánchez.

Ésta es la tercera colaboración de astrónomos e ingenieros del IA con el GTC. Anteriormente participaron con colegas españoles en el diseño, construcción y puesta en marcha del instrumento Osiris, que funciona con éxito en el equipo canario.