Considerada una de las mejores obras del teatro musical de la primera mitad del siglo XX, Los siete pecados capitales de la pequeña burguesía, ópera-ballet creada por Kurt Weill y Bertolt Brecht, será representada en una adaptación para teatro de cámara en el Teatro-bar El Vicio, en breve temporada, los miércoles a partir de hoy.

Los siete pecados capitales narra la historia y periplo de Ana, personaje que se desdobla en dos hermanas, una cantante y otra bailarina, quienes reflejan dos aspectos de su personalidad: Ana I, quien encarna el yo racional, y Ana II, el yo instintivo.

Debido a la precaria situación familiar, ambas parten para una travesía por siete ciudades con la finalidad de acumular dinero suficiente para construir una casa en Luisiana.

Cada urbe representa uno de los pecados capitales: la pereza, el orgullo o soberbia, la ira, la gula, la lujuria, la avaricia y la envidia, además de que la ópera de Weill y Brecht integra un prólogo y un epílogo, al principio y al final de la misma.

Concebida originalmente para un cuerpo de ballet abundante y una orquesta sinfónica, en esta ocasión se adaptó para ser representada con un ensamble integrado por piano, violonchelo, violín, flauta, clarinete y percusión.

Estilo cabaret de los años 30

Con dirección escénica de Laura Furlan, la puesta es estilo cabaret de los años 30 del siglo pasado, cuando fue escrita la obra, y se presenta con una traducción libre del alemán, es decir, se hace uso de mexicanismos para un mejor disfrute de la pieza.

Salvo la traducción y ciertos guiños contemporáneos, se presenta tal cual. No hay ningún cambio que haga referencia explícita o crítica directa a lo que ocurre en México, pues la carga política se encuentra ya en la propia obra, comentó la soprano Catalina Pereda.

Aunque hubo la intención de hacer una adaptación más actualizada, que aludiera, por ejemplo, a la migración, ya que los personajes hacen un viaje por Estados Unidos, al final se descartó, pues consideramos que el texto original es muy inteligente y divertido, explicó Pereda.

Las cantantes y bailarinas Catalina Pereda y Carolina Ureta en una escena de Los siete pecados capitalesFoto Cortesía de EnChinga Producciones

En esa historia Ana I es una mujer muy controladora y Ana II es más sensible. La primera intenta derrotar los pecados, pero reprimiendo a la segunda, a quien no obstante presiona y permite que se prostituya, robe y mate. Así, los pecados asumen un significado opuesto al original. La ira, por ejemplo, impulsa a combatir la injusticia; y la lujuria, la condena, porque decide irse con el hombre que le gusta, en lugar de quien puede pagarle todo.

Es una obra que de manera inteligente y divertida refleja la doble moral de la burguesía, de la sociedad, comentó Catalina Pereda en charla con La Jornada.

Impugnación a escala de valores

Kurt Weill y Bertolt Brecht critican los juicios morales que hace la sociedad sobre el no comas, no hagas, no desees. Impugnan esa escala de valores de la sociedad que terminan siendo malentendidos, como señalarte de lujuriosa por querer estar con alguien a quien amas o por buscar pasarla bien, dijo Pereda.

Con un elenco integrado por Catalina Pereda (quien en este trabajo escénico canta en alemán, por lo que se integran subtítulos al montaje) y Carolina Ureta, Pablo Chemor, Emilio Gutiérrez y Antonio Azpiri, quienes cantan en español, así como los músicos Carlos Salmerón, Natalia Pérez Turner, Omar Álvarez, Mary-Elizabeth Thompson, José Luis Mendoza y Julio Gándara, y los arreglos musicales de Pablo Sandoval e iluminación de Álvaro Hegewisch, Los siete pecados capitales se podrá disfrutar en breve temporada en el Teatro-Bar El Vicio (calle Madrid 13, esquina Centenario, Coyoacán). Funciones los miércoles de febrero a las 21:30 horas, a partir de hoy.