Monterrey, 6 de febrero. Víctor Manuel Vucetich, timonel del Monterrey, señaló que el atacante chileno Humberto Suazo nunca fue desdeñoso hacia el equipo ni tomó una postura caprichosa, y finalmente fue él quien decidió no irse. La indiscutible prueba de que El Chupete no sólo es consentido en el vestidor, sino también del público, ocurrió el lunes durante la invasión de miles de aficionados a la cancha del estadio Tecnológico.

Más de 8 mil seguidores de La Pandilla aprovecharon el día de asueto e hicieron una entrada récord para presenciar el entrenamiento de su equipo, pero surgió el caos cuando comenzaron a invadir el terreno de juego, casi al final de la práctica.

Los pocos uniformados que estaban no pudieron asumir más papel que el de testigos, hasta que recibieron refuerzos, unos 40 elementos de la policía municipal, para conminar al desalojo. En el campo sólo quedaban los suplentes, y mezclado con ellos Suazo.

El chileno tardó unos 10 minutos en recorrer el camino hacia los vestidores. Obstaculizado por la multitud, cayó al suelo, se levantó sin problemas y siguió su lento trayecto, en medio de cientos de celulares que lo fotografiaban y peticiones de autógrafo.

Horas después, la directiva emitió un boletín de agradecimiento hacia los hinchas y prometió buscar nuevas formas de acercarse a sus seguidores en condiciones adecuadas.

Antes del caos, Vucetich externó, vía telefónica, su alegría de contar con Suazo. Siempre es importante tener a un jugador de sus condiciones, se especuló mucho y creo que se habló de más dibujándolo de una manera que no corresponde a la realidad. Todo volvió a la normalidad.