Es un descuido gravísimo
de las autoridades federales, acusa el ombudsman capitalino
La CDHDF había solicitado a la procuraduría local resguardo para la fundadora de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, quien llegó a la ciudad de México tras ser baleada en diciembre en Juárez
Sábado 4 de febrero de 2012, p. 5
La activista Norma Esther Andrade, fundadora de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, en Ciudad Juárez, Chihuahua, fue agredida con arma blanca ayer por la mañana cuando salía de su domicilio, ubicado en la colonia CTM Culhuacán, sección 9, delegación Coyoacán.
Según el reporte policiaco, los hechos ocurrieron minutos después de las 8 horas, cuando la defensora de los derechos humanos se disponía a llevar a su nieta a la escuela, y al abrir la puerta de su casa un sujeto la abordó y sin mediar palabra la hirió con una navaja en el rostro y se dio a la fuga.
Andrade sufrió una herida de al menos cinco centímetros en la mejilla derecha, por lo cual fue internada en la clínica 32 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde elementos de la Policía de Investigación la custodian de manera preventiva y temporal
, al tiempo que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) inició una averiguación previa por lesiones dolosas.
La dependencia informó que la activista ya rindió su primera declaración ante el Ministerio Público en el mismo hospital, donde aseguró que no conoce al agresor ni el motivo del ataque.
La investigación quedó a cargo de la coordinación territorial Coyoacán 3, que dio intervención a peritos especializados en química –para el rastreo de sangre en el lugar de los hechos– y de criminalística.
Ante la agresión a Norma Andrade, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) emitió medidas precautorias al gobierno capitalino para que garantice la integridad física de la activista, quien en diciembre pasado sufrió un atentado en Ciudad Juárez, por lo cual fue trasladada a la ciudad de México como medida de protección y bajo la custodia de la Procuraduría General de la República, a petición de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El presidente de la CDHDF, Luis González Placencia, recordó que la seguridad de la defensora de los derechos humanos es responsabilidad de las autoridades federales, por lo que, dijo, se debe investigar qué pasó, pues se supone que debía estar protegida.
Se trata de un descuido gravísimo, porque ella ya había sido víctima de un atentado. Era obligación de las autoridades actuar para protegerla, y desafortunadamente esto no ocurrió
, manifestó el ombudsman capitalino.
Por lo pronto, agregó, en el marco de sus atribuciones, la CDHDF vigilará que Andrade y su familia efectivamente estén bajo custodia de la policía de la ciudad de México, y pedirá a la PGJDF que le dedique protección permanente, ante la posibilidad de que se cometa una nueva agresión, además de que estará pendiente de la investigación que realice la procuraduría en torno a estos hechos.
González Placencia recordó que en diciembre pasado ya había solicitado a la procuraduría local adoptar medidas de protección para salvaguardar la integridad de la activista cuando llegó a residir a la ciudad de México.