El ataque en Bagdad, apenas a unos días de la amenaza de Al Qaeda de derramar ríos de sangre
Fuentes médicas aseguran que las víctimas fatales serían 36, entre ellas ocho policías y cuatro mujeres
La crisis política entre chiítas y sunitas amenaza con romper un frágil acuerdo para compartir el poder
Sábado 28 de enero de 2012, p. 21
Bagdad, 27 de enero. Al menos 31 personas murieron y unas 65 resultaron heridas este viernes en un atentado con coche bomba durante un funeral en el barrio Zaafaraniya de Bagdad, la capital, apenas unos días después de las amenazas de la red Al Qaeda de hacer derramar ríos de sangre
en Irak.
De las 31 personas muertas, ocho eran miembros de los servicios de seguridad y cuatro eran mujeres, informó el Ministerio de Interior. Sin embargo, una fuente médica dijo que en realidad las víctimas fatales son 36.
Hasta el cierre de esta edición, ningún grupo se había adjudicado el atentado dinamitero.
El atentado en Bagdad fue perpetrado cerca de un hospital en el barrio chiíta de Zaafaraniya cuando unas 150 personas estaban reunidas para asistir al entierro de Mohamed Maliki, agente inmobiliario, su mujer y su hijo, quienes fallecieron el jueves pasado durante un incidente en el que participaron hombres armados.
El atacante suicida se acercó en su vehículo al cortejo fúnebre e hizo detonar su carga explosiva, indicó la policía local.
Las autoridades iraquíes culpan a los insurgentes sunitas de los ataques contra chiítas, en un intento por alentar el tipo de tensión sectaria que llevó a Irak al borde de la guerra civil entre 2006 y 2007, cuando miles de personas fallecieron en actos de violencia.
Según Qassim Moussawi, vocero de Seguridad de Bagdad, el atacante pudo haber intentado atacar la comisaría de Zaafaraniya, pero como no logró su objetivo se inmoló cerca de las tiendas y el mercado por donde pasaba en ese momento el cortejo fúnebre.
Los insurgentes sunitas suelen atacar las oficinas del gobierno local y comisarías como manera de mostrar que las autoridades son incapaces de proveer seguridad, señalaron algunos analistas.
Estaba cerca cuando un taxi amarillo se acercó. Hubo una terrible explosión y la gente salió proyectada hacia el aire. Transporté el cadáver de una niña y el de un hombre sin cabeza. Una ambulancia con un paciente en el interior se quemó totalmente
, explicó Imad Rabih, un empleado municipal de 20 años.
Para Abu Jasem, de 57 años, estos recientes atentados le recuerdan los terribles años de la guerra confesional de 2006 y 2007. Es el regreso al domingo, martes, viernes de sangre como en la época que creía pasada. Las fuerzas de seguridad son responsables, ya que eran numerosas y nadie controló el vehículo
, dijo.
Se trata del ataque más mortífero desde el 14 de enero, cuando un atacante suicida mató a 53 personas, peregrinos chiítas en su mayoría, en el sur de Irak.
Desde que las tropas de Estados Unidos se retiraron a mediados de diciembre, los atentados contra los chiítas se multiplicaron, mientras que Irak continúa en una grave crisis política que opone al primer ministro chiíta Nuri Maliki con los dirigentes sunitas.
Una serie de ataques contra chiítas se han producido durante la crisis desencadenada cuando el gobierno de Maliki trató de arrestar a un vicepresidente sunita y pidió a diputados que cesaran a un viceprimer ministro (también sunita), poco después de que los últimos soldados estadunidenses dejaran Irak el 18 de diciembre.
El chiíta Maliki dice que sus decisiones contra los líderes sunitas fueron legales y no estuvieron motivadas políticamente.
Pero muchos sunitas, que ya se sienten marginados, están preocupados por que estas medidas sean parte de un intento del primer ministro por consolidar su poder a expensas de ellos.
La crisis amenaza con romper un frágil acuerdo para compartir el poder que reparte puestos entre bloques chiítas, sunitas y kurdos, pero ha estado plagado de luchas políticas internas desde que fue alcanzado el año pasado.
En tanto, en la norteña ciudad de Mosul dos hombres, un empleado de un tribunal y un electricista, murieron hoy en incidentes por separados, en los que estaban involucrados hombres armados.
En Bagdad, una bomba estalló cerca de un estadio en el barrio Ghazaliya con saldo de un muerto y tres heridos, informó el Ministerio de Interior iraquí.
Más de 320 personas fallecieron en ataques en Irak desde principios de año y casi 800 resultaron heridas, más del doble del número de muertes violentas del año pasado, según cifras del gobierno del premier Nuri Maliki.