Sábado 28 de enero de 2012, p. 2
Expertos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) trabajan en la creación de pilas microbianas
, las cuales funcionan a partir de aguas residuales orgánicas y producen energía eléctrica, sin pasar por ningún combustible intermedio.
El grupo de Biotecnología Ambiental y Energías Renovables desarrolla dichos dispositivos biológicos, los cuales podrían ser útiles en pequeñas aplicaciones al funcionar como dispositivos electrónicos en calculadoras, radios portátiles o teléfonos celulares.
Héctor Poggi-Varaldo, quien encabeza el grupo, explicó que si bien esta tecnología no aporta altos niveles de macroenergía, a largo plazo puede representar un importante ahorro, toda vez que “muchas sociedades subdesarrolladas utilizan dispositivos electrónicos que afortunadamente no consumen mucha potencia, como una calculadora, que usa décimas o centésimas de megavatios.
Doble ganancia
“En lugar de pilas secas químicas, que contaminan o que se tienen que reciclar con gran esfuerzo d
El proceso consiste en que la energía de los enlaces químicos de la materia orgánica del residual se transforma directamente en electricidad sin pasar por ningún combustible.
De acuerdo con los investigadores, la ganancia es doble, pues genera electricidad y es un proceso descontaminador.
A escala mundial, el desarrollo de esta tecnología está en la etapa de optimizar y aumentar la generación de potencia, y en el caso de México, cada subproyecto apuesta a aspectos como cambio de arquitectura de las celdas, a conocer los efectos de su uso o a enriquecer los microorganismos que están en las celdas
, explicó Poggi-Varaldo.
La investigación cuenta con el apoyo del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal y con estudiantes de posgrado del área de Biotecnología Ambiental y Energías Renovables.