¿En cuál India quieren vivir?, inquiere el escritor
Tenemos que darnos por vencidos en la lucha por la libertad de expresión; nos hemos doblegado
, deplora uno de los organizadores
Miércoles 25 de enero de 2012, p. 5
La reputación de India en lo referente al respeto a los derechos humanos sufrió un duro revés este martes, cuando un discurso de Salman Rushdie, programado para difundirse en video en un festival literario, fue suspendido minutos antes de empezar, entre protestas y temores de actos violentos.
El novelista británico iba a tomar parte en una entrevista de una hora por video, luego de que presuntas amenazas de muerte y protestas de dirigentes musulmanes ligadas a su novela Los versos satánicos, publicada en 1988, lo disuadieron de asistir en persona al festival de Jaipur. Pero, después de haber indicado que el acto seguiría adelante, los organizadores anunciaron su cancelación a solicitud del dueño del recinto, a quien la policía informó que las protestas planeadas podrían desembocar en violencia.
La noche de este martes, Rushdie describió como farsa negra
lo ocurrido y recordó una carta que escribió a Rajiv Gandhi, quien era primer ministro de India cuando su país fue el primero en prohibir el libro, hace más de dos décadas. ¿En cuál India quieren vivir?
, dijo en una entrevista a la televisión del país asiático. Encuentro una India en la que los extremistas religiosos pueden coartar la libertad de expresión en un festival literario; en la que los políticos, digamos, comparten el lecho con esos grupos.
Consideró que la libertad de expresión en India está en una posición más vulnerable hoy que hace 30 años, y agregó: ¿Quiere India ser un Estado totalitario como China, o avanzar en la dirección correcta?
Muchos comentaristas –Rushdie entre ellos– han acusado al gobierno encabezado por el Partido del Congreso de no querer perturbar a los votantes musulmanes del estado de Uttar Pradesh cuando falta un mes para las elecciones. Ese estado alberga al seminario Deoband, que antes llamó a impedir que Rushdie, nacido en Bombay, entrara al país.
Ese partido también controla el gobierno estatal de Rajastán, al cual se ha acusado de inventar las amenazas de muerte para evitar la visita del escritor. El ganador del premio Booker ha acusado a la policía local de mentirle. Creo que es conveniente para todos los miembros del Partido del Congreso no tenerme en India cuando falta poco para las elecciones en Uttar Pradesh
, comentó durante la entrevista con la NDTV.
Pese a las afirmaciones del dueño del recinto del festival, la mayoría de reportes sugieren que sólo un pequeño número de manifestantes se había congregado allí. Estaban encabezados por Paiker Farukh, líder del Consejo Milli de India, quien declaró a los periodistas: Tenemos todo el derecho de protestar en forma democrática, y si la población musulmana de Jaipur viene a protestar, no pueden impedírnoslo
.
El Partido del Congreso ha insistido en deslindarse de la inasistencia de Rushdie al festival. Cancelar la visita fue decisión personal de Rushdie y el gobierno nada tuvo que ver. Él no necesita visa para venir a India
, dijo a los reporteros el secretario general del partido, Digvijay Singh.
Organizadores del encuentro, el más popular de su género en Asia, se apresuraron a expresar su desencanto por la cancelación del video.
Uno de ellos, Sanjoy Roy, apenas podía contener las lágrimas al decir en el escenario: Tenemos que darnos por vencidos en la lucha por la libertad de expresión, la libertad de escribir y de decir nuestras historias. Muchas organizaciones se han acercado para amenazarnos con violencia. Es una lástima; nos han intimidado y debemos doblegarnos.
No está claro de momento cuánto daño ha hecho este asunto a la fama del festival de Jaipur. Pero, más allá de eso, los comentarios de Rushdie contribuyeron a desatar un debate acerca del derecho de India a proclamarse un bastión de la libertad de expresión.
Muchos escritores participantes en el festival han condenado lo ocurrido y varios leyeron extractos de Los versos satánicos, gesto de protesta que podría acabar causándoles problemas con las autoridades del país.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya