La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión que el gobierno mexicano no negocia la firma de un tratado con Estados Unidos sobre comercio de armas.

La mesa directiva de la Cámara de Diputados solicitó a la cancillería –a principios del presente mes– una explicación sobre el estado en que se encontrarían supuestas negociaciones para firmar un acuerdo bilateral con Estados Unidos sobre armas convencionales. La dependencia respondió de manera ambigua porque refirió la existencia de un grupo de trabajo en la Organización de las Naciones Unidas para analizar la viabilidad de un acuerdo sobre comercio de armas.

No ha sido negociado, respondió al Poder Legislativo aduciendo que países como Rusia, Egipto y Pakistán demandan un tratado que limite las importaciones, exportaciones y transferencias de armas convencionales.

Semanas atrás la diputada Guadalupe Pérez Domínguez (PRI) solicitó a la cancillería que explicara la condición del acuerdo sobre armas con Estados Unidos. El argumento de la legisladora expuso en que cada año ocurren miles de asesinatos en México, provocados con armas de alto poder que ingresan clandestinamente a territorio nacional por obra de la corrupción, la impunidad y complicidad de las autoridades mexicanas, que se vincula a las organizaciones del crimen organizado.

Cada año el gobierno de Estados Unidos obtiene ingresos –vía impuestos– por más de 30 mil millones de dólares, provenientes de la industria armamentista. En ese país operan 100 mil distribuidores y vendedores al menudeo, de los cuales 5 mil se ubican a lo largo de la frontera con México.

Al responder a la pregunta elaborada desde la Cámara de Diputados, sobre la posibilidad de un acuerdo de armas entre ambos países, la cancillería expuso que no se vislumbra la realización de negociaciones sobre el particular. Expuso los aspectos que deberían observarse en caso de ocurrir: Debe basarse en la corresponsabilidad de fabricantes y consumidores, así como de todos los actores involucrados en las diferentes etapas del proceso; un tratado de control de armas debe contribuir a evitar el comercio irresponsables de armamento convencional o su desviación al mercado ilegal, cuando existe el riesgo de que las armas sean utilizadas para cometer o facilitar violaciones graves del derecho internacional humanitario, y deberá superar el enfoque de las listas de armas y establecer una definición sobre las armas convencionales, incluidas las deportivas y de caza.