La madrugada de ayer el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI logró un acuerdo de unidad para la candidatura al gobierno de Tabasco. Finalizó así una semana de intensas negociaciones que llevaron a definir que Jesús Alí de la Torre será el abanderado para el Ejecutivo local, mientras Luis Felipe Graham Zapata irá como candidato a la alcaldía de Centro, donde se ubica Villahermosa.

En el ámbito local, la designación provocó acusaciones de imposición, advertencias de que habrá voto de castigo y hasta la posibilidad de perder la gubernatura, tanto que el dirigente estatal, Miguel Alberto Romero Pérez, llamó desde los medios de comunicación a los militantes priístas a la prudencia y a la cordura, y los convocó a cerrar filas en torno al abanderado.

Desde el miércoles se sabía que los priístas encabezados por su presidente, Pedro Joaquín Coldwell, se encontraban reunidos en unas oficinas de Polanco, en el Distrito Federal. El PRI comunicó que la reunión se desarrolló en términos de diálogo y respeto, y en ella participaron además Miguel Osorio Chong, secretario de organización del CEN del PRI; José Antonio González Curi, delegado del CEN; Emilio Gamboa Patrón, líder de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, además de Romero Pérez, De la Torre y Graham Zapata.

No obstante que estas negociaciones arrancaron desde diciembre y han sido las más complejas hasta ahora para la nueva dirigencia del PRI, el instituto aseguró en un comunicado que tiene marcadas las 2:23 horas del jueves: Con esta decisión el priísmo de Tabasco se declara listo para ganar la gubernatura, las alcaldías, el Congreso del estado, el Senado, las diputaciones federales y llevar a Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República.

El gran perdedor, dijeron analistas locales, fue el gobernador Andrés Granier, quien apoyó hasta el último momento a su delfín Graham Zapata, ex secretario de Salud, quien aceptó contender por la alcaldía de Centro.

En la postulación del ex alcalde de Villahermosa influyó el abogado Benito Neme Sastré, hijo del fallecido ex gobernador Salvador Neme Castillo, de quien se afirma es compadre de Enrique Peña Nieto, quien incluso lo nombró coordinador jurídico de su campaña presidencial. Se asegura que el apoyo hacia Alí de la Torre obedece a la gran amistad de años entre la familia Neme con los padres de Chucho, como es conocido el ex edil.

Jaime Mier y Terán, ex secretario de Salud y ex diputado local, quien se quejó de haber sido excluido de contender por los aspirantes al cargo, dijo que Alí de la Torre es un candidato endeble, surgido de un proceso inequitativo.

Advirtió que en la convención de delegados en la que se elegirá formalmente al candidato él se registrará, y si hay cargada de delegados en favor de Alí impugnará el proceso.

Joel Cárdenas Arroniz, coordinador de campaña en 2001 del ahora ex gobernador Manuel Andrade, dijo que no permitirán la imposición de Jesús Alí y amenazó con irse al PRD con la red de ciudadanos que encabeza o mantenerse al margen de la elección.

Otros priístas, que como Cárdenas Arroniz simpatizan con Graham Zapata, advirtieron que “perderemos la gubernatura con Chucho Alí”.

También se escucharon voces de apoyo para el ungido. Una de ellas, considerada de mucho peso, fue la del ex secretario de Gobierno Humberto Mayans Canabal, quien al arribar por la tarde al aeropuerto, procedente del Distrito Federal, declaró que ve con buenos ojos el acuerdo alcanzado en el PRI. Dijo que el partido deberá trabajar para que se garantice la inclusión de todos los grupos.

Todo apunta a que Mayans Canabal, otro de los aspirantes a la gubernatura que se quedaron en el camino, será postulado para la primera fórmula del Senado por el principio de mayoría relativa. Trascendió que de formalizarse su inscripción, esto llevaría a revisar el pacto de coalición del PRI con el PVEM y Nueva Alianza. Candita Gil, rectora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, encabezaría la segunda fórmula para la cámara alta.

Alumno contra maestro

La designación de Alí de la Torre como candidato del tricolor lo llevará a enfrentar en la elección constitucional a Arturo Núñez Jiménez, aspirante de los partidos de oposición de izquierda, quien alguna vez fue su jefe y maestro político.

Trabajó para él en la Subsecretaría de Gobernación, en el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y en la Cámara de Diputados federal, cuando el ahora senador con licencia militaba en el tricolor.