A 10 semanas de que el papa Benedicto XVI llegue a México, la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación (Cepcom) informó que los dos principales ejes discursivos del pontífice durante su visita serán la misión permanente que lleva a cabo la Iglesia y la necesidad de la construcción de paz en ambientes violentos, como el que experimenta México.

Otras fuentes eclesiásticas precisaron que la visita también tiene como trasfondo el hecho de que este año se cumplen 20 años de las reformas en materia religiosa hechas en el país (en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari) y el restablecimiento de relaciones diplomáticas con el Vaticano. Este es el mismo argumento esgrimido por Federico Lombardi, vocero del Vaticano, quien en un escrito que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) tituló Por qué México, indica que hace veinte años, estableciendo relaciones diplomáticas con el Vaticano, el país reconoció la profunda alma católica de su pueblo. El papa Benedicto sabía que tenía que ir a México y ha elegido una localidad a la que su predecesor no había podido llegar. Porque es la misma misión que continúa y se desarrolla.

Lombardi también asegura que su viaje puede ser un impulso para la superación de la pobreza y la violencia, así como de esperanza y paz para México y toda América Latina.

Asimismo, expone que entre los motivos del Papa está el hecho de la conmemoración de los bicentenarios de Independencia celebrados por diversos países de la región, así como la celebración hecha en la sede papal a la Virgen de Guadalupe el pasado 12 de diciembre, pero también resaltó el afecto expresado por los feligreses mexicanos a las reliquias de Juan Pablo II, que peregrinaron por el país durante varios meses en 2011.

En entrevista con Radio Vaticana, el sacerdote Antonio Camacho Muñoz, secretario ejecutivo de la Cepcom, y Samuel Nájera, director de comunicación de la CEM, explicaron que los responsables de dicha visita son la nunciatura apostólica en México, la CEM y el arzobispado de León.