Informan que denunciarán el hecho ante instancias internacionales
violentode 200 guatemaltecos
Viernes 13 de enero de 2012, p. 36
Organizaciones de derechos de los migrantes interpusieron un amparo contra el desalojo que realizaron el pasado lunes agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Policía Federal en Tenosique, Tabasco, en donde más de 200 refugiados guatemaltecos fueron retirados de forma violenta, lo cual será denunciado también ante instancias internacionales.
Tomás González Castillo, director del albergue para migrantes La 72 y del Centro de Derechos Humanos del Usumacinta, informó en rueda de prensa que las organizaciones solidarias con los centroamericanos registraron el amparo en el juzgado tercero de distrito de Tapachula, Chiapas, para evitar la deportación de las 72 personas que ya han sido remitidas a la estación migratoria de esta última localidad, y el arresto de 150 personas más que aún permanecen en el sitio desalojado.
A pesar de la voluntad de negociación de los guatemaltecos –quienes incluso ya habían aceptado su reubicación en un predio cercano a la zona arqueológica de Tikal–, el operativo se llevó a cabo con agresiones, lamentó.
Salvador Beltrán del Río (comisionado del INM) y René Zenteno (ahora ex subsecretario de Migración de la Secretaría de Gobernación) les prometieron documentos de regularización y empleos, y les dijeron que iban a permanecer varias semanas más antes de ser reubicados, pero ese día llegaron con más de 300 agentes para desaparecer la comunidad. Faltaron a su palabra, y eso es muy grave.
Leticia Gutiérrez, secretaria ejecutiva de Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana, denunció por su parte que el gobierno ha utilizado diversas artimañas para expulsar a los refugiados y hostigar a González Castillo con supuestas demandas anónimas por trata de personas, cuando en realidad ha sido uno de los pocos activistas que se ha comprometido en la defensa de los guatemaltecos.
En el acto también estuvieron presentes Diana Martínez, de la organización Sin Fronteras, y Maynor Morales, uno de los habitantes desalojados del campamento, quien narró las agresiones, insultos y amenazas que sufrieron de las autoridades mexicanas.