Llevar la cultura y el arte de México a Alemania es importante porque en ese país sólo se escuchan noticias sobre los problemas, e inclusive se desconoce que existe un ballet, asegura a La Jornada Elisa Carrillo, primera bailarina de la Casa de la Ópera de Berlín.

La gente aquí se sorprende cuando digo que soy mexicana, porque escuchan muchas noticias de mi país, pero nunca sobre su Compañía Nacional de Danza (CND), señaló desde la capital alemana la artista.

Elisa Carrillo (Texcoco, 1981) ofrecerá el próximo 20 de febrero en el Palacio de Bellas Artes una gala de danza que reunirá obras clásicas y contemporáneas, acompañada por colegas de Europa, Estados Unidos y de la CND.

Orgullosa de su nacionalidad, Elisa añade en entrevista que sus logros como primera bailarina de la Ópera de Berlín, así como ser considerada uno de los 50 personajes más relevantes de 2011 de la capital alemana, le facilitaron el reconocimiento en México.

Su principal interés es que la danza llegue a todo el mundo y que los jóvenes que sueñan con ser bailarines tengan mayores posibilidades de desarrollarse profesionalmente.

En México, con excepción de ciertos círculos de conocedores, poco se sabe sobre la trayectoria de Elisa Carrillo, quien fue becada a los 16 años para estudiar en la escuela del English National Ballet, en Londres.

Trayectoria consolidada

Gracias a su disciplina y esfuerzo, Elisa Carrillo logró construirse un nombre en la danza europea: fue ascendida a primera bailarina del Ballet de la Ópera de Berlín en julio de 2011. En abril de 2009 fue la protagonista del estreno mundial de Blanca Nieves; en 2004 obtuvo la medalla de bronce en el Concurso Nacional de Danza Clásica Infantil y Juvenil; al año siguiente fue distinguida con la medalla de oro en el mismo concurso, y en 2006 recibió la de plata.

Carrillo subraya que el arte y la cultura son imprescindibles para el desarrollo y el progreso de una sociedad, no obstante le preocupa que las personas olviden que existe la danza.

Adelanta que la gala que presentará en el Palacio de Bellas Artes reúne a figuras internacionales de las compañías europeas y estadunidenses más relevantes, con quienes interpretará un programa con obras clásicas y contemporáneas, de diferentes estilos de danza clásica y moderna, pues su objetivo es lograr que los mexicanos descubran lo que se baila en otras latitudes.

El espectáculo se realizará en uno de los escenarios más importantes del mundo, el Palacio de Bellas Artes. En esta ocasión me presento con mis amigos, bailarines de diferentes países, y con integrantes de la Compañía Nacional de Danza, reitera.

Entre los artistas que acompañarán a Elisa Carrillo, en la gala de ballet figuran Iana Salenko, Dinu Tamazlacaru, Nadja Saidakova y Mikhail Kaniskin, de la Ópera de Berlín, así como su director artístico Vladimir Malakhov; Semen Chudin, del Ballet Bolshoi; Ashley Bouder y Jared Angle, del New York City Ballet, y Evan Mckie, del Stuttgart Ballet.

Elisa Carrillo, primera bailarina de la Casa de la Ópera de BerlínFoto Dieter Blum

Emocionada por regresar a su país, Elisa considera que está en la etapa más bella de su carrera, porque ahora disfruta de todo: Me siento más inspirada que nunca, porque son mayores las responsabilidades en la compañía; mi preparación tanto profesionalmente como físicamente es mejor, ya no soy la niña que está empezando o tiene el deseo de bailar, me siento completa a la hora de interpretar un papel. Soy una mujer, no una niña y eso me ayuda a disfrutar el ballet de otra manera.

Al recordar su trayectoria profesional en Europa, la bailarina señaló como experiencias importantes en su vida, su aprendizaje en México, su viaje a Alemania para ingresar a la Ópera de Berlín, y el estreno mundial de Blanca Nieves.

“Bailar la obra Blanca Nieves en 2009 fue maravilloso, se abrieron muchas oportunidades en la compañía, fue un punto importante para dar a conocer mi trabajo en Berlín. Han sido varias etapas importantes en mi vida profesional, diferentes papeles, pero Blanca Nieves me hizo crecer como artista”, indica.

Explica que no es más difícil ser bailarina en América Latina que en Europa, simplemente se trata de aprender la técnica y formar parte de una compañía donde vives.

No obstante, reconoce que en países como Alemania y Francia, la competencia es mayor porque en las audiciones participan más de 200 bailarines de todo el mundo y en ocasiones las compañías sólo requiere tres intérpretes.

La bailarina considera que el límite de edad para un bailarín son los 40 años y que después se puede bailar otro tipo de repertorio, piezas más modernas que no requieren del ballet clásico.

Carrillo, quien vive en Europa desde hace 14 años, enfatiza que su profesión requiere muchos sacrificios, pero su misión siempre ha sido llenar el alma del público en cada movimiento.

La danza es mi manera de expresarme, de decir lo que siento con mi cuerpo y la disciplina es muy importante; sin ella en esta carrera no puedes lograr una trayectoria, concluye quien fue considerada por la revista ProMéxico como una de las personas que hicieron algo memorable por el país en 2011.

La bailarina recibió por primera vez en el país un homenaje en mayo de 2010, dentro de la gala Ballettissimo, en el Auditorio Nacional, espectáculo que reunió a bailarines de Francia, Ucrania, Rusia, Cuba, Alemania y México.