Los desplomes, de 30, 48 y 64 por ciento, respectivamente, en la primera década del siglo
Importaciones agroalimentarias mexicanas han crecido más que las exportaciones
Domingo 8 de enero de 2012, p. 21
En la primera década de este siglo la población ocupada en actividades agropecuarias en México se redujo 30 por ciento y la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario por habitante se desplomó 48 por ciento, revelan estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En 2000, entre 18 y 19 mexicanos de cada 100 de la población ocupada se dedicaban a trabajos agropecuarios, pero una década después sólo son 13.
Paralelamente, el desempleo rural se quintuplicó, al pasar de 0.5 por ciento a 3.1. En cambio, la desocupación a escala nacional se triplicó, al subir de 1.6 a 5.4 por ciento, de acuerdo con las cifras que la Cepal recopiló de 10 naciones latinoamericanas en el compendio Subregión norte de América Latina y el Caribe: información del sector agropecuario. Las tendencias alimentarias 2000-2010.
El documento señala que el PIB agropecuario por habitante en México pasó de 3.7 por ciento a únicamente 1.9, y la población ocupada en el sector bajó de 18.8 por ciento a 13 respecto del total de personas que laboran en el país.
También descendió tanto el número de habitantes en zonas rurales como la Población Económicamente Activa (PEA) rural.
Cuando se inició el presente siglo, la cuarta parte de los mexicanos vivían en zonas rurales, es decir, 25.4 por ciento. En 2010 sólo era 21.9 de la población, o sea, 24 millones 779 mil personas, de las cuales más de la mitad son mujeres.
En cuanto a la PEA rural, el descenso registrado fue de 22.1 a 18.8 por ciento respecto del total de la población ocupada del país.
Aunado a ello, disminuyeron los ingresos de quienes todavía laboran en el campo. El salario medio de cotización en 2000, cuando el Partido Acción Nacional comenzó a gobernar el país, se ubicó en 84.4 pesos por día, contra 67.7 en 2010, lo que implica una reducción de 19.78 por ciento (casi cinco puntos más que la reducción del salario a escala nacional), de acuerdo con el documento.
Las cifras recopiladas por la Cepal, que van hasta 2010, revelan también que los créditos agropecuarios perdieron participación en el financiamiento total otorgado por los sectores público y privado.
El desplome fue de 64 por ciento, ya que de cada 100 créditos que se otorgaron al principio de la década, entre tres y cuatro se destinaron al campo (3.7 por ciento en total). En 2010 los préstamos representaron apenas 1.3 por ciento del total.
La mayor parte de los créditos al sector son otorgados por la banca comercial. En los años mencionados ganó más terreno, al pasar de 70 a 85 por ciento, mientras en la banca de desarrollo se redujo de 30 a 15 casos de cada 100.
En cuanto al comercio exterior, las importaciones agroalimentarias crecieron más que las exportaciones del país.
Las ventas al extranjero de los productos agropecuarios y agroindustriales subieron de 5.7 a 7.2 por ciento respecto de las exportaciones totales del país, mientras las compras agroalimentarias se incrementaron de cinco a 6.1 por ciento respecto de las importaciones en la década pasada.