La tecnología desvirtúa el oficio de la alfarería, dejando a los ceramistas en crisis, afirmó Gustavo Pérez, uno de los máximos exponentes de la técnica contemporánea mexicana, quien exhibe por primera vez en el Museo del Palacio de Bellas Artes 81 piezas de alta temperatura, porcelana y barro negro.

Las opciones que los artesanos tienen en México son producir objetos que merezcan ser considerados obras de arte o vivir de una manera modesta. La cerámica tradicional se encuentra en una grave crisis, que provoca que la gente abandone el oficio; la vida moderna ha sustituido los utensilios que fueron esenciales en el pasado, explicó el artista, quien se ha dedicado a perfeccionar la técnica de alta temperatura desde hace cuatro décadas.

Subrayó que Francisco Toledo realiza en Oaxaca un trabajo muy loable, porque no solamente es cuestión de recursos y equipo para los artesanos, hay más aspectos detrás de la crisis artesanal, ya que los oficios han sufrido grandes transformaciones a lo largo de la historia en todo el mundo, se refirió en charla con La Jornada

Un ejemplo, comentó, es el pueblo de Dolores Hidalgo, en Guanajuato, donde ya no existen torneros en los talleres de cerámica, porque ahora se utilizan moldes para la producción masiva.

Consideró significativo e importante que sea en el Museo del Palacio de Bellas Artes donde se presente su trabajo, debido a la situación que atraviesan los artesanos en el país.

La exposición, titulada Gustavo Pérez: obra reciente, que se exhibirá hasta el 19 de febrero, presenta piezas de diversas formas y decoraciones, que se destacan por refinadas líneas y sobrios acabados.

La muestra se organizó como un reconocimiento al artista, quien en 2010 fue receptor del Premio Nacional de Cerámica.

Respecto al trabajo realizado en los últimos cinco años, de donde se tomaron las piezas para integrar la exposición, Pérez indicó que se trata de obras con reminiscencias prehispánicas, y a los pasados orientales y europeos, así como algunas obras contemporáneas, resultado de los hallazgos personales del creador, quien no siguió tradiciones heredadas.

Las características de mis piezas no se encuentran en ninguna tradición del mundo, si pensamos que se trata de un oficio de más de 20 mil años de existencia. He realizado un proceso en solitario y los temas que he desarrollado pertenecen a mi pasado, explicó el ceramista.

La muestra reúne piezas grandes, como un mural y una instalación, además de vasijas y esculturas con diversas formas geométricas, hechas sobre el torno; otras exhiben dibujos realizados con una navaja, que es el sello distintivo del artista.

Dentro de la exposición se incluyen trabajos que Pérez realizó durante una residencia artística en la Manufacture Nacionale de Sévres, en Francia, así como también se presentan cerámicas realizadas durante un intercambio con otros artesanos de San Bartolo Coyotepec, Oaxaca.

La exposición le permitió al ceramista contrastar las piezas que elaboró en barro negro, en Oaxaca, con las realizadas anteriormente en Francia, que si bien se corresponden en el tiempo, reflejan formas distintas.