Centroamericanos rumbo a EU señalan que no hay perspectivas de mejoría en sus países
Miércoles 28 de diciembre de 2011, p. 28
San Luis Potosí, SLP, 27 de diciembre. La violencia y la falta de trabajo nos obligan a emigrar, a dejar a nuestras familias y a nuestros hijos. Los gobiernos no hacen nada por cambiar las cosas, pero la delincuencia va en aumento
, señala uno de los refugiados en la Casa del Migrante.
El entrevistado rehúsa dar su nombre y es parco en hablar. Dice ser originario de Aldea de Cortés, El Salvador, y que se dirige a Carolina, Estados Unidos, donde dice tener un tío. Agradece a las personas que le dan de comer en el refugio y agrega que busca un mejor trabajo para que su familia no siga sufriendo carencias y hambre.
Trabajó en Estados Unidos más de 25 años. Recientemente perdió su permiso y volvió a El Salvador, pero ahora intenta de nueva cuenta cruzar la frontera, a pesar de los riesgos.
–En El Salvador hay industria, turismo. ¿No hay oportunidades?
–Las oportunidades son mínimas. Los trabajos supuestamente buenos, no de calidad, sólo son para los que trabajan en el gobierno, como la policía; son los únicos que pueden construir sus casitas. El trabajo en El Salvador permite ganar seis dólares diarios, que no ayudan en casi nada. Ahí una pizza cuesta 10 dólares, un pollo ocho dólares; o sea, con el trabajo sólo se puede comprar una cosa. La carestía castiga mucho a la gente.
Walter es de Santa Bárbara, Honduras. Tiene 22 años de edad y es ayudante de albañil. En su tierra le pagan 150 lempiras diarias, el equivalente a nueve dólares. Tengo 16 días de haber salido; no sé cuándo vaya a llegar allá arriba (Estados Unidos). Tengo familia, mis papás y mi hermano.
–¿Es la primera vez que va a Estados Unidos?
–Sí, voy a ver qué dice Dios, a la aventura. No tengo parientes ahí. Tengo dos amigos; a ver si me ayudan a encontrar trabajo.
Wilmer nació en Progreso, Honduras. No sabe cuántos habitantes tiene su localidad, pero no se conforma con su sueldo de camionero en su país.
–¿Algún asalto en el camino?
–A mí no, pero he sabido de casos de otros migrantes, como el de unas hermanas que fueron detenidas en Querétaro. Ahí corrí junto con otro paisano y nos salvamos de que nos deportaran.
Aquí en San Luis Potosí a un muchacho que conozco lo asaltaron unos policías y le quitaron dos mil pesos.
Comenta que la situación de los migrantes en Estados Unidoa empeoró con la llegada del demócrata Barack Obama a la presidencia. “Solo llegó y empezaron las deportaciones; era mejor (George W.) Bush. Cuando estaba él no había deportaciones y ahora sí, por todos lados hay redadas de latinos.
Estuve cuatro años cuando gobernaba Bush y no me pasó nada. Sólo entró Obama y me paró un policía y me deportó. Desde entonces soy un migrante con más problemas.