Nadie está preparado para el fracaso. Esa idea se instaló en la mente del ex campeón Édgar Sosa desde que perdió el título minimosca por un cabezazo del filipino Rodel Mayol. Desde entonces, dice el mexicano, le ha costado recuperar el ritmo que logró durante los casi tres años en los que tuvo el campeonato en sus manos, el cual defendió con éxito en 10 ocasiones, hasta que sufrió esa escandalosa derrota el 21 de noviembre de 2009, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Después de una cirugía por la triple fractura en el rostro, consecuencia del testarazo de Mayol, su regreso ha sido lento y difícil. Consiguió un título internacional en 2010 y tuvo la oportunidad de disputar el campeonato mosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el tailandés Pongsaklek Wonjongkam, el 21 de octubre pasado, pero el intento fue fallido. Sosa no pudo convertirse otra vez en monarca.

Me ganó bien, no hay pretextos, admitió Sosa sobre ese combate realizado en Tailandia. No estaba al ciento por ciento en esa pelea, la verdad fallamos en todo, en la estrategia, en la esquina, todo salió mal, pero aquí sigo trabajando para que continúe mi carrera.

Pongsalek era la oportunidad que había esperado desde su retorno a los cuadriláteros, lo había mencionado entre sus rivales ideales. Por eso la derrota ante el tailandés fue una dura sacudida. Volver no es un asunto de subirse a tirar golpes y ya.

Los peleadores –cuenta– a veces suben con todas las presiones de la vida cotidiana a cuestas. No somos computadoras a las que se les borra un programa y ya que pasa todo se le vuelve a cargar; uno no deja de pensar en la familia y, en mi caso, en los problemas legales por los que atravesé.

Édgar Sosa tendrá una nueva oportunidad en eneroFoto La Jornada

Para Sosa el problema no sólo es asimilar las derrotas en el boxeo, sino recuperar la confianza necesaria para regresar a la disputa de un título. Lo principal, desde su perspectiva, es mantener lo que muchos deportistas llaman hambre, y que para él no es otra cosa sino un deseo irreprimible por tener éxito.

Es válido caer en este deporte, pero estamos obligados a levantarnos; con esa misma disposición insiste en la necesidad de no desanimarse luego de la derrota en su intento por volver a ser campeón del mundo. Uno nunca está preparado para la derrota, reconoce, sin minimizar lo duro que puede resultar en un deporte donde la carrera puede cancelarse tras un tropiezo como el suyo.

Estoy consciente de que me ha costado mucho levantarme después de que perdí el campeonato, pero no quito el dedo del renglón. Por eso no se consuela con el título internacional del CMB que ganó el año pasado: lo que busca es ceñirse otra vez el cinturón verde de campeón mundial.

Para entender su situación actual, Sosa juega con una analogía futbolística. Si fuera un equipo –explica– hoy pertenecería a la segunda división, pero como todo club ganador su verdadero deseo sería competir en el máximo circuito y llevarse el torneo. Eso es justo lo que busca en este momento.

Ya se sobrepuso a la amargura de lo que considera fue un robo ante Mayol, al sentimiento de que nadie intercedió por su causa. Ya dejó atrás el capítulo del retorno fallido ante Pongsalek. Por eso, peleará el próximo 7 de enero en la ciudad de México ante un rival que aún no le designan, porque en 2012 está seguro de que será otra vez campeón del mundo.