El poeta Javier Sicilia anticipó ayer que el diputado que levante la mano para pedir que este jueves se discuta la Ley de Seguridad Nacional, o que la apruebe, será señalado desde nuestra posición como un criminal.

En conferencia de prensa para denunciar que existe la intención de discutir la Ley de Seguridad Nacional durante la última sesión de este periodo de sesiones, Sicilia definió que el país enfrenta una emergencia nacional terrible, y que a pesar de los muertos por la guerra de Felipe Calderón contra la delincuencia organizada, los legisladores quieren que la sociedad civil les extienda un cheque en blanco.

Y antes de que se los firmemos, quieren pasar una ley que abonará profundamente a los muertos y al terror que vive la nación. Ahí están los datos del dolor de este país. Quieren legalizar el horror y nos negamos a ello, dijo.

En la Cámara de Diputados, el dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad afirmó que el presidente Felipe Calderón no es el único interesado en que se apruebe la citada legislación: La estrategia es de Calderón, pero quienes quieren avalarla son los partidos políticos y los legisladores que supuestamente representan a la nación. Dadas las condiciones en que vive el país, cualquier cosa que abone a la violencia es absolutamente criminal.

Asimismo, diputados del PRD y el PT denunciaron que al publicarse en la Gaceta Parlamentaria, que el plazo para que se dictamine en comisiones del Senado con la Ley de Seguridad Nacional ya caducó, lo que se quiere es trasladar el debate al pleno de la Cámara, donde se defina si se desecha o se aprueba, aunque para esto último se requiere el voto de las dos terceras partes de los legisladores presentes.

Rechazo al albazo

El diputado Jaime Cárdenas (PT) refirió que el martes el presidente de la Comisión de Gobernación –que recibió el primer turno de la minuta–, Javier Corral Jurado (PAN), envió un oficio al presidente de la mesa directiva, Emilio Chuayffet Chemor (PRI), para insistirle que resuelva sobre la prórroga para dictaminar, que le fue solicitada desde septiembre.

De acuerdo con el coordinador del PRD, Armando Ríos Piter, tanto Chuayffet como el coordinador del PRI, Francisco Rojas, se comprometieron a que el tema no será abordado en la sesión de hoy.

También en la conferencia, el ex ombudsman capitalino Emilio Álvarez Icaza exhortó a la Cámara de Diputados a retomar una discusión integral de la participación de las fuerzas armadas en operativos policiacos y solicitó a los grupos parlamentarios no recurrir a la práctica del albazo.

Planteó que las reformas en seguridad deben coincidir con la reforma constitucional en materia de derechos humanos y que se retome la discusión pública sobre una ley de seguridad humana y de protección a las víctimas.

El movimiento por la paz ha llamado la atención de revisar los términos de la reforma, e insistido en la necesidad de discutir los enfoques de la seguridad humana, e incluso los transitorios para que la ley sobre el uso legítimo de la fuerza se apruebe antes que una de seguridad, señaló.

No se puede conceder más fuerza a los militares sin mecanismos de control y corrección, dijo.

Javier Sicilia y Álvarez Icaza cuestionaron que mientras los diputados pretenden aprobar la Ley de seguridad nacional, el gobierno federal continúa aplicando una política de persecución a los movimientos y luchadores sociales.

Por ejemplo, señaló Álvarez Icaza, el asesinato de dos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa constituye una señal de la vuelta al pasado en Guerrero; la otra es la desaparición de Eva Alarcón y Marcial Bautista.

Lo que ocurrió en Guerrero es extraordinariamente grave. Que policías armados, por las evidencias que se disponen, disparen es delito de lesa humanidad. No tener instituciones de seguridad democráticas genera respuestas de esta naturaleza, y se intenta criminalizar la protesta social, expuso.

Finalmente, Jaime Cárdenas sostuvo que si PAN y PRI intentan discutir en el pleno la Ley de seguridad nacional estamos dispuestos no sólo a evitarlo con las vías parlamentarias tradicionales, sino a tomar la tribuna.