Lieja, 14 de diciembre. El hombre que abrió fuego ayer indiscriminadamente en una céntrica plaza de Lieja, que mató a cuatro personas y se suicidó, se sentía perseguido por la policía tras haber pasado tres años en prisión.

A la lista de víctimas fatales se sumó este miércoles una mujer hallada en una bodega que el autor de la matanza, Nordine Amrani, de 33 años, usaba para plantar mariguana, indicó Daniele Reynders, fiscal federal de la ciudad.

También fallecieron dos adolescentes y un bebé de 17 meses. Cerca del mediodía Amrani disparó y arrojó tres granadas contra la gente que esperaba el autobús en la plaza Saint-Lambert. Una mujer de 75 años que había sido dada por muerta se encontraba este miércoles en el hospital en estado grave, al igual que otras cuatro personas que continúan en estado delicado.

Amrani, un belga de origen marroquí, estaba en libertad condicional y tenía el martes una cita ante tribunales para responder por una denuncia de agresión sexual, explicó su abogado, Jean-François Dister, y opinó que esto pudo motivar sus acciones.

Vestido con uniforme milita y armado, Amrani llegó a la plaza, se subió al techo de una panadería, lanzó granadas y comenzó a disparar. Minutos después, se suicidó. Según la fiscal, 125 personas resultaron lesionadas. Cerca de 40 “fueron al hospital por crisis nerviosas.

El país está de luto, sostuvo el nuevo primer ministro belga, Elio di Eupo, quien acudió a la plaza al igual que el rey Alberto II y la reina Paola.

Amrani fue condenado en 2007 a cinco años y medio de prisión por posesión de armas, estupefacientes y abuso sexual. Quedó en libertad condicional el 8 de octubre de 2010, explicó Reynders. Autoridades belgas aseguraron que Amrani no tenía vínculos con organizaciones terroristas. En un comunicado, el gobierno belga se comprometió a endurecer las leyes contra la posesión de armas. El atacante no tenía permiso para portar ninguna de las armas que estaban en su poder.

En Florencia, donde ayer fueron asesinados dos senegaleses, la policía detuvo a cinco presuntos extremistas de derecha durante un operativo.