Benzema logró el tanto más rápido de estos derbis, a los 20 segundos, ante error de Valdés
Los merengues ven cortada su racha de 15 triunfos al hilo
Los azulgranas remontaron con anotaciones de Sánchez y Fábregas, así como autogol de Marcelo
Xavi llegó a 600 partidos
Domingo 11 de diciembre de 2011, p. a17
Madrid, 10 de diciembre. La victoria del Barcelona tuvo la perfección de una sinfonía. Cada elemento trabajó para el conjunto, aportó su talento y carácter para pasar por encima de un Real Madrid más peligroso que nunca, más fibroso y muscular que en el pasado, que llegó al Santiago Bernabéu con una racha de 15 victorias consecutivas. Parafraseando a los azulgranas, verlos ganar 3-1 en esa cancha fue un espectáculo futbolístico inigualable.
El sistema no importó, tal como advirtió Josep Guardiola, pues en esas escuadras da lo mismo tener cuatro defensas que el atrevimiento de salir con tres, porque lo que al final paga es el estilo. Gracias a esa vocación colectiva del juego azulgrana, de una identidad indiscutible donde el juego significa posesión de la pelota, circulación por toda la cancha y, sobre todo, un ánimo ofensivo gregario, el conjunto catalán pudo empezar de abajo para volver a dar una lección de futbol y exhibir a un rival que llegaba en su mejor momento de los últimos años.
Veloz arranque
Aunque el arranque fue dudoso para el conjunto catalán, su estilo terminó por imponerse con paciencia en esta nueva edición de clásico español. Durante 30 minutos el conjunto blanco dominó el ritmo del partido, fue con fuerza y agresividad por cada pelota en disputa.
No había transcurrido ni un minuto de juego, sólo 20 segundos después de escucharse el silbato, cuando el arquero Víctor Valdés despejó de forma terrible para entregar la pelota a Sergio Ramos, quien tiró ante una defensa desconcertada e incapaz de sacar la pelota de zona de peligro. Ahí, con ese olfato de tiburón goleador, el francés Karim Benzema alcanzó a meter un disparo ante el que el guardameta no pudo hacer nada para impedir el gol más rápido en la historia de los clásicos.
Ese tanto sorpresivo tuvo un efecto perturbador en el conjunto blaugrana, que empezó a titubear ante el juego recio y crispado de los merengues. Apenas podía tocar la pelota para hacer el tiqui- taca de la casa, porque siempre acechaban los rudos chicos de José Mourinho. Fueron 30 minutos completos de dominio blanco. Cualquier intento de avance era frenado y los delanteros visitantes padecieron del asedio de un Diarra incontenible y un poco más atrás de un Pepe que parecía sin sentimientos.
Fue media hora de suplicio para el Barcelona, pero sin cesar de buscar su impronta de toques veloces y orquestados, lo cual poco a poco los fue convirtiendo en dueños del partido. Justo al minuto 30 operó el cambio y el futbol preciosista se impuso al juego práctico y de frecuente violencia del Madrid.
Ese cambio llegó de los pies de Lionel Messi, el jugador blaugrana más sacrificado hasta ese momento, quien jalaba
marcas, se retrasaba para abrir espacios, salía por el costado o peleaba al centro. El argentino puso su cuerpo para recibir el castigo de los hombres del Madrid y también aportó el talento para empezar a recuperar el encuentro.
El 10 de los catalanes pudo desbordar entre dos escoltas y filtró para el chileno Alexis Sánchez, quien con velocidad de prodigio sacó un tiro cruzado a segundo palo que se convirtió en el tanto del empate, ante la mirada atónita de los rivales.
Esa anotación pesó más en los blancos que el sorpresivo gol tempranero en los catalanes. A partir de ahí, el cuadro de Guardiola empezó a hacerse de la pelota para desplegar el juego festivo y travieso que no resiste más de un toque y que de tanto conectarse termina por descontrolar al contrincante.
La vuelta al marcador
Tras el descanso, al minuto 53, Xavi Hernández acechó el área blanca con un disparo que, para mala fortuna de los madridistas, desvió Marcelo y confundió al arquero Iker Casilla, para el 2-1 en el marcador.
Ya con el duelo completamente dominado, Barcelona hizo que desapareciera el conjunto merengue, en el que Cristiano Ronaldo pareció un fantasma, salvo cuando intervino para mandar un tiro desafortunado muy lejos del arco.
A los 65 minutos llegó la puntilla: Dani Alves enfiló por la derecha y lanzó un centro milimétrico a Cesc Fábregas, quien concretó con la cabeza el 3-1 definitivo. El equipo catalán queda como líder de la liga, con un partido más disputado, y rompe la racha de 15 triunfos que tenía el Real Madrid.
Mourinho no concedió del todo esta victoria a la superioridad del rival. Sin querer quitar mérito a quien ha ganado, la suerte ha hecho la diferencia; es un juego y nada más; insisto, sin quitar mérito
.
Mientras Guardiola pidió que se centrara la discusión sólo en el juego. Queda muchísimo y el Madrid seguirá siendo líder si vence al Sevilla (la próxima semana)
, dijo invitando a la mesura.
Todas las victorias en el Bernabéu son importantes; hubo cosas que no me gustaron nada, como perder demasiados balones, pero hemos ido a ganar el partido corriendo riesgos
, indicó el técnico.
La vida es eso, debíamos decidir si éramos valientes o muy valientes, y nos salió bien
.
El único que sin ambages hizo un balance del encuentro fue Xavi Hernández, quien cumplió su partido 600 de la liga.
No sabemos jugar de otra manera, hemos hecho un partido excelente en todos los sentidos. Fuimos muy superiores al Madrid
, soltó el mediocampista de un equipo que se mantuvo fiel a su filosofía de juego.
En otros resultados de la liga, el Levante venció 1-0 al Sevilla y Betis 2-1 al Valencia. En la segunda división, el mediocampista mexicano Andrés Guardado colaboró con un gol en la victoria 3-1 del Deportivo sobre Numancia, en el estadio de Riazor.
Guardado anotó el segundo de esa tanda cuando con un disparo cruzado venció a Eduardo, a los 34 minutos.