En respuesta al discurso presidencial sobre la infiltración del crimen organizado en las elecciones, el aspirante presidencial del Partido Revolucionarios Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, externó su preocupación por el tono de los señalamientos y descalificaciones del jefe del Estado sobre las elecciones de Michoacán. No sé si aunque los resultados hubieran sido otros, se hubiera planteado la misma interrogante. Es un mayor riesgo para la democracia argumentar la inseguridad para pretender restringir los derechos políticos.

Espero que estos señalamientos no nos lleven a un escenario de querer conculcar los derechos políticos de la población, pues ya será la autoridad respectiva la que valore las condiciones de un proceso electoral. No corresponde al gobierno federal o los estatales determinarlo, a ellos compete garantizar el pleno ejercicio de los derechos políticos y de la democracia plena.

Durante el segundo Foro sobre la Democracia Latinoamericana organizado por el Instituto Federal Electoral y la Organización de Estados Americanos, Peña Nieto advirtió que la presencia del crimen organizado no beneficia a un partido, lo cual me parece digno de descalificase, porque el crimen no beneficia a la sociedad mexicana, la afecta y daña el ejercicio de la democracia.

Peña Nieto planteó su extrañamiento sobre las referencias del presidente Felipe Calderón tanto en su participación en la mesa Financiamiento de la política y desigualdad social, como en una rueda de prensa posterior. Preocupante sería el que hoy, en medio de esta competencia política, se pretenda exponer argumentaciones, pretextos dados en razón de la condición de seguridad pública, que lamentablemente prevalece en algunas partes, como riesgo a la democracia; es mayor riesgo conculcar los derechos políticos. Qué, no quedamos en que la mayoría de los mexicanos somos los buenos, afirmó.

Contrastó el desenlace de la reciente elección en España, donde ganadores y perdedores acataron el resultado en un entorno de civilidad, con pleno y absoluto reconocimiento de la elección y no querer ventilar en juicios lo que en las urnas no lograron.

En rueda de prensa y a pregunta expresa sobre la estrategia de seguridad de Calderón, el priísta lamentó que las acciones gubernamentales hayan dejado un gran número de fallecidos, decapitados y desaparecidos en un escenario prácticamente de guerra, pero sostuvo que algunas de las acciones que se han impulsado las preservaría, otras las perfeccionaría y algunas más que no han tenido resultados se tendrían que redefinir.

Durante el foro, el moderador, Rodrigo Lloret, un periodista argentino, ironizó con la presencia del precandidato sugiriendo no hablar de literatura a cambio de que hablara en torno a su postura en torno a la transparencia de los gastos de su campaña política.

En respuesta, el ex gobernador mexiquense dijo que asumía un compromiso de transparentar el origen, el monto y el destino de los recursos, al tiempo que planteó su convencimiento de la importancia de mantener el financiamiento público para blindar a la política y a las campañas, y a los compromisos que asuman los políticos, de los intereses económicos que eventualmente puedan estar en las campañas.

Al referirse a la desigualdad social, reconoció que es uno de los principales problemas del país, pues México es la segunda economía con mayor desequilibrio socioeconómico de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Habló también del desencanto de los mexicanos con su democracia y por ello sostuvo que el país requiere una democracia que genere resultados.