Economía
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Turbulencia Financiera
Insuficiente para salvar al euro, el proyecto París-Berlín, dice el FMI

Es crucial, pero ante una situación tan grave se requiere mucho más para recuperar la confianza de los mercados, advierte Lagarde

La única solución para salir de la crisis de deuda es la intervención masiva del Banco Central Europeo, coinciden líderes de la zona

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Ajustes al logotipo del euro frente a la sede del Banco Central Europeo, en Fráncfort, AlemaniaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de diciembre de 2011, p. 37

Bruselas, 6 de diciembre. El plan franco-alemán sirve para prevenir futuras crisis, pero se queda corto para salvar al euro de manera urgente, advirtieron la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y economistas, quienes exigen mayores señales de unión fiscal en la cumbre europea de este jueves y viernes.

Aunque Lagarde consideró crucial el acuerdo, dijo que no es suficiente en sí mismo ante una situación económica extremadamente grave.

Se necesitará mucho más para abordar en forma apropiada la situación y para que se recupere la confianza no sólo de los mercados, sino también de los inversionistas, los consumidores, aquellos que tienen que fijar sus estrategias para los próximos dos, tres, cuatro años, señaló.

En tanto, varios dirigentes europeos destacan que la única solución para salir rápidamente de la crisis de la deuda es la masiva intervención del Banco Central Europeo (BCE) en los mercados de deuda y mayor solidaridad de las grandes economías del continente.

Entre sonrisas, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunciaron un día antes en París un acuerdo para reconquistar la confianza de los mercados, que apunta a equilibrar la integración fiscal y presupuestaria de Europa.

Los dirigentes de las dos mayores economías de la unión monetaria desean aprobar antes de marzo un nuevo tratado para los 27 países de la Unión Europea (UE) o, en su defecto, para los 17 que conforman la zona euro, que los obligará a aprobar una regla de oro de equilibrio presupuestario.

De hecho, el pasado lunes la agencia Standard and Poor’s colocó la nota crediticia de 15 naciones de la zona euro en perspectiva negativa, advertencia de un posible recorte inminente de la calificación. Esta amenaza afecta las triple A de Alemania, Francia, Holanda, Finlandia, Luxemburgo y Austria. Según la agencia, Francia es el único de esos seis países que podría ver rebajada la nota en dos escalones.

Después de dos años de crisis del euro (Merkel y Sarkozy) lograron un acuerdo para llegar a otro pacto varios meses más tarde y para que sea firmado y lanzado en los próximos años, se quejó Sony Kapoor, del Centro de Reflexión Re-Define, con sede en Bruselas.

En efecto, varios analistas alertan que un cambio de los tratados puede llevar demasiado tiempo, y ya son varias las economías de la eurozona que se encuentran al borde del abismo, con su banca pidiendo a gritos una inyección de capital, pagando tasas de interés insostenibles y sus gobiernos aprobando más y más recortes.

A corto plazo, la clave es que el BCE se convierta en prestamista de última instancia, es decir, que cumpla un papel similiar al de la Reserva Federal estadunidense (Fed) o el Banco de Inglaterra, comprando la deuda soberana de los países amenazados.

El BCE dio a entender que está dispuesto a aumentar su intervención en los mercados si los gobiernos de Europa acuerdan un pacto fiscal. Hasta ahora, su participación ha sido limitada. La semana pasada compró 3 mil 660 millones de euros de deuda pública en el mercado secundario, menos de la mitad que la semana anterior (8 mil 600 millones).

Con esto, el total de compras de deuda pública hechas por el BCE desde el inicio de este programa –en mayo de 2010– se eleva a 207 mil millones de euros.

Algunas naciones pedirán a Europa que apruebe más mecanismos de solidaridad durante la cumbre de este jueves y viernes, que incluyan la emisión de eurobonos, además de los planes de disciplina fiscal. Queremos medidas que fomenten el empleo, el crecimiento, medidas como la mutualización de la deuda, los eurobonos, la tasas de transacciones financieras, señaló el secretario de Estado español para la Unión Europea, Diego López Garrido.

Pero de momento, Berlín y París rechazan los eurobonos. Francia y Alemania contribuirían a pagar la deuda de los otros sin poder controlar las propias, señaló Sarkozy.