Domingo 4 de diciembre de 2011, p. 8
Moscú, 3 de diciembre. La elite cultural moscovita celebró el viernes, a dos días de las elecciones parlamentarias en Rusia, el estreno de El caso Jodorkovski, del berlinés Cyril Tuschi, como gran acontecimiento artístico-político. En la inauguración del festival de documentales Artdocfest, la película crítica con el Kremlin tuvo mucho público.
La tensión con que se esperaba la apertura del festival, con El caso Jodorkovski, fue palpable incluso cuando se apagaron las luces. Muchos cines no quisieron proyectar la cinta de Tuschi por miedo a la censura, pero el director del festival, Vitali Manski, mantuvo sus planes y la afluencia de público fue importante.
El cine donde se proyecta la muestra tuvo que exhibir dos veces seguidas la cinta en torno al oligarca millonario, preso y crítico del Kremlin, Mijail Jodorkovski.
Expectativa
Muchos esperaban que la versión rusa de la película estrenada en Europa y Estados Unidos no llegara tan fácilmente a las pantallas de Rusia, pero al final Tuschi fue aplaudido por 600 espectadores. En el país, pocos directores y periodistas se atreven a hacer una revisión crítica de su propia historia, por miedo.
También en San Petersburgo una distribuidora ha incluido la película en su programación. Muchos rusos quieren ver la película
, asegura. En total, 17 cines del país proyectarán el documental, afirma khodorkovsky-film.ru. No obstante, la autocensura y la obediencia a las autoridades están demasiado extendidas, según dice Emma Abaidullina, del teatro-cine Eldar en Moscú.
Tuschi narra el caso de quien una vez fue el hombre más rico de Rusia y dueño de la desaparecida petrolera Yukos, a través de los testigos, desde su detención en 2003 hasta el segundo proceso judicial. Jodorkovski fue condenado, entre otros cargos, por lavado de dinero; se prevé que en 2016 salga en libertad.