Islamabad, 2 de diciembre. Pakistán autorizó a los comandantes de sus puestos fronterizos responder el fuego ante cualquier ataque futuro de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, en un cambio de las reglas de combate que podría provocar tensiones entre las partes, informó hoy la prensa local.

Las órdenes llegan después de un duro ataque aéreo de la llamada Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán –que integran tropas de Estados Unidos y de la alianza atlántica– que destruyó dos puestos militares paquistaníes en la frontera con Afganistán el 26 de noviembre, acción en la que fallecieron a 24 soldados de Pakistán y 13 resultaron heridos.

El jefe del Estado Mayor, el general Ashfaq Parvez Kayani, hizo circular una carta revisando la cadena de comando está semana, informa el periódico Express Tribune y otros medios nacionales. En caso de cualquier ataque, tienen completa libertad para responder con energía utilizando todos los recursos disponibles. No necesitan ningún permiso para esto, señaló en un comunicado.

Mientras, sigue el debate sobre el controvertido ataque. Según informa el diario The Wall Street Journal, que cita círculos del gobierno estadunidense, el ejército paquistaní fue informado antes del ataque con helicópteros y que se le autorizó. Sin embargo, Pakistán sostiene que fue un ataque deliberado ya que fueron bombardeados dos de sus puestos cuya ubicación ya conocía la OTAN.

El ataque lastró aún más las ya tensas relaciones entre Pakistán y sus aliados occidentales. En protesta, Islamabad anunció ya el boicot de la conferencia internacional sobre Afganistán a celebrarse en Bonn, Alemania, el 5 de diciembre. Además, el gobierno de Pakistán cerró rutas cruciales para el suministro a las tropas de la OTAN en Afganistán y exigió al ejército estadunidense el abandono de una base aérea en el sureste del país.

En tanto, se informó que fuerzas de seguridad paquistaníes dieron muerte a nueve rebeldes talibanes en una incursión en bastiones en la región tribal de Orakazai, en el noreste de Pakistán.

En Londres, la policía británica dijo haber arrestado a más de 20 personas sospechosas de pertenecer a un grupo ilegalizado en el Reino Unido. Los arrestos tuvieron lugar durante una manifestación frente a la embajada de Estados Unidos, además de que otras dos personas fueron detenidas por obstrucción y desorden violento.