¿Suicidio o asesinato?, tal es el enigma que se intenta desentrañar mediante la puesta en escena El caso Romeo y Julieta, dirigida al público adolescente de entre 12 y 15 años.

Inspirada en la célebre y romántica obra de William Shakespeare, la Compañía Nacional de Teatro (CNT) la escenifica en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.

Escrita y adaptada por Berta Hiriart, Sandra Félix y Ángeles Hernández, la obra es un thriller, cuya historia comienza a partir de la muerte de los dos jóvenes enamorados.

Un par de investigadores se dan a la tarea de averiguar qué ocurrió, por qué, quién es el responsable del fatal desenlace de la pareja.

La idea es dejar a un lado la solemnidad, la forma de expresarse y la formalidad y pensar un Shakespeare de una manera contemporánea, apasionada y con sentido del humor para reflexionar acerca del amor, los lazos familiares y de pareja, pero también de la violencia y la amistad.

Se trata de desarrollar los conocidos sucesos trágicos que plantea la obra original, para hablar de nuestro tiempo, de nuestro país y de las problemáticas que hoy día se viven en nuestra realidad, aseveró Sandra Félix, quien también dirige el montaje.

Aunque puede ser apreciada por todo público, la obra se pensó para los jóvenes adolescentes, tomando en cuenta la violencia que hoy día se vive en nuestro país y cómo los chicos muchas veces se ven atrapados por esa violencia y se lanzan a responder de la misma manera.

De acuerdo con la maestra Berta Hiriart, Shakespeare plantea maravillosamente la tensión que se da entre el amor y el odio, el amor y la violencia, la vida y la muerte. Sentimientos por los que todos transitamos, pero que en los adolescentes es mucho más pronunciado. Los jóvenes lo mismo se dejar llevar por una pasión amorosa, que por una pasión iracunda.

En El caso de Romeo y Julieta la historia se va articulando en un Ministerio Público, mediante una serie de testimonios e interrogatorios a diversos personajes involucrados o cercanos a los jóvenes amantes fallecidos, lo que genera un especie de juego de tiempos y espacios. Entre ellos hay un personaje que, a diferencia de todos los demás, representa al adolescente que no opta por la violencia, puntualiza Hiriart.

Esta obra, dice, intenta reflejar que además de que existe una responsabilidad familiar y social, hay también una responsabilidad personal, “pues así como hay jóvenes que son violentamente empujados para sumarse a las filas del crimen organizado, los hay también que participan en los movimientos de los indignados o en las caravanas por la paz y, en medio, hay otros que están bastante pasmados, sin claridad por el futuro”.

La obra de William Shakespeare, expresa la creadora escénica, la hemos desromantizado, para reflexionar cómo es que cada uno de los actos en la vida tiene consecuencias.

La idea, a final de cuentas, concluye la dramaturga, es provocar en los adolescentes y jóvenes un pensamiento crítico, al mismo tiempo que se divierten y entretienen.

Luis de Tavira, director de la CNT, consideró que la obra de Shakespeare permite apreciar la relación entre el surgimiento de la pasión erótica y del amor que despierta como conciencia, frente al crimen que lo destruye.

El montaje de El caso de Romeo y Julieta, destacó Hiriart, es un trabajo colectivo, orgánico e interdiciplinario.

Cuenta con los actores de la CNT, Ana Isabel Esqueira, Claudio Lafarga, Arturo Beristáin, Constantino Morán, Marco Antonio García, Laura Padilla, Andrés Weiss, Mariana Giménez, Israel Islas y Ana Ligia García.

Con escenografía de Philipp Amand, vestuario de Mario Marín y música original del grupo El Gabinete, en la que se mezclan armonías y escalas italianas, con ritmos latinos en una mezcla que se hizo con la finalidad de lograr una metáfora de la puesta en escena, ya que la obra se desarrolla en una ciudad ficticia llamada Verona, México.

La obra se escenifica sábados y domingos, a las 13 horas, en la sala Xavier Villaurrutia (Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional).