Madrid, 24 de noviembre. La actriz británica Sienna Miller dijo el jueves que fue puesta bajo una red de vigilancia por un diario que escuchó sus mensajes y leyó sus correos electrónicos, causándole una paranoia que la llevó a acusar a familiares y amigos de filtrar historias a la prensa.

En una comparecencia ante la llamada investigación Leveson sobre prácticas y ética de los medios de comunicación, la estrella de Layer Cake y Alfie dijo que se sintió violada por la constante cobertura de detalles íntimos de su vida privada en la prensa.

Creció la desconfianza entre todos nosotros. Nadie podía entender cómo salía esa información (...) Era imposible llevar cualquier vida normal, contó Miller.

Su vida privada y sobre todo sus relaciones románticas han aparecido frecuentemente en los tabloides.

La actriz de 29 años logró una indemnización de 35 mil libras de The Sun y del ahora desaparecido News of the World en noviembre de 2008 por violación a su intimidad.

Quería saber quién sabía, quién tenía acceso a mis números de teléfono, quien había estado escuchándome (...) Quería llegar hasta el fondo, contó.

La investigación Leveson –que recibe el nombre del juez que la preside– se creó en julio y se espera que dure un año. Ha dado a los famosos y a otros personajes retratados en las portadas de la prensa la posibilidad de contar cómo se obtenían las historias acerca de ellos y qué consecuencias ha tenido sobre sus vidas.

Miller afirmó que los paparazzi la han insultado y la han escupido para conseguir una buena fotografía de ella reaccionando a esos actos. Contó que la aterrorizó cómo los fotógrafos conducían peligrosamente para sacarle una foto, haciéndola sentir que estaría más segura en casa.

“Solía encontrarme –tenía 21 años– a medianoche, corriendo por una calle oscura sola y con 10 hombres persiguiéndome”, afirmó. “Y el hecho de que trajean cámaras suponía que era legal, pero si les quitas las cámaras, ¿qué queda?, agregó.

Obviamente, es una situación muy intimidante, relató.

Miller dijo que al final se le mostraron notas sobre ella hechas por un detective privado, con números de teléfono, números PIN de móviles, la contraseña de sus correos y los números de sus 10 mejores amigos.

Me sentía violada, paranoica y ansiosa. Es indignante. Los que hacen esto apenas tienen en cuenta las consecuencias sobre la vida de la gente, concluyó.