Crecen los conflictos y xenofobia por la llegada de migrantes
Jueves 24 de noviembre de 2011, p. 23
Ante el clima de violencia y xenofobia que se extiende por en el municipio de Tultitlán, estado de México, diversas organizaciones de defensa de derechos humanos llamaron a las autoridades locales a reubicar de inmediato la Casa del Migrante San Juan Diego, para garantizar adecuado funcionamiento y la integridad física de su personal.
Marta Sánchez, coordinadora en México del Movimiento Migrante Mesoamericano, explicó en entrevista con La Jornada que la situación del albergue, dirigido por el sacerdote Hugo Raudel Montoya Ontiveros, ya es insostenible
debido a la animadversión de algunos habitantes de colonias cercanas, alimentada por el propio ayuntamiento.
Aunque el cupo máximo de la casa del migrante es de unas 100 personas, todos los días llegan alrededor de 300, lo que provoca que las capacidades del lugar se vean desbordadas y los indocumentados se queden a dormir en los alrededores, lo que ha derivado en molestias a muchos vecinos, quienes incluso los acusan de cometer robos y violaciones.
El albergue no tiene ni las dimensiones ni la ubicación adecuadas, señaló la activista, por lo que desde que empezó a funcionar –hace aproximadamente un año– sus dirigentes le solicitaron al alcalde de Tultitlán, el priísta Marco Antonio Calzada, que le otorgara algún predio donde pudiera trabajar en mejores condiciones, pero las pláticas han sido infructuosas.
Se han hecho reuniones para que les den un terreno al otro lado de las vías del tren, para que el albergue no esté dentro de un barrio popular y puedan hacerlo más grande, pero la percepción que tienen (los promotores de la casa del migrante) es que les han estado dando atole con el dedo, porque no les resuelven nada
, lamentó Sánchez.
Las agresiones
Aunque en los días recientes no han habido ataques directos contra el albergue, sí ocurrieron actos de boicot a la caravana de madres centroamericanas que visitaron México hace unas semanas, y en los alrededores fueron asesinados a tres migrantes, entre ellos el adolescente guatemalteco Julio Fernando Cardona, muerto a pedradas en agosto pasado.
Muchos vecinos dicen que todos los centroamericanos son una peste y se tienen que ir de ahí. La comunidad está reaccionando con lo peor que da el miedo, y ese clima está siendo generado por las propias autoridades. Sumado a eso, el alcalde dijo que se va a ir a la campaña de Enrique Peña Nieto, por eso nos urge que resuelva esto antes de irse
, indicó.
Pese a lo anterior, Sánchez afirmó que no puede caracterizarse a todos los habitantes de Tultitlán como xenófobos, ya que quienes están en contra del albergue son un grupo bien definido que está en colusión con la policía. Vamos a seguir trabajando con la comunidad y a presionar para que nos resuelvan, porque ahora la situación se mantiene con pinzas
.