Cierra actividades con una asistencia menor a la del año pasado
El Pabellón Multimedia fue la apuesta de este año: Reyes Toledo
Lunes 21 de noviembre de 2011, p. a11
Con una asistencia aproximada de 70 mil visitantes el primer fin de semana y de unas 100 mil contabilizadas a las 15 horas del segundo, llega a su conclusión la 31 edición de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (Filij), que se realizó del 11 al 20 de noviembre en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes.
De acuerdo con la directora general de la feria, Claudia Reyes Toledo, para quien es su primer año al frente del encuentro editorial, toda vez que aún faltan algunas horas para el cierre, calculamos rebasar los 200 mil visitantes
. El año pasado la Filij sumó 270 mil.
En esta ocasión participaron más de 30 especialistas en el fomento a la lectura, escritores e ilustradores nacionales y extranjeros; se realizaron cerca de un centenar de presentaciones de libros, 65 talleres de fomento a la lectura, 130 narraciones orales, alrededor de 70 actividades artísticas, y participaron 120 expositores, entre editoriales, distribuidoras y agentes de material didáctico. Además, por vez primera se incluyó a editoriales independientes.
El Pabellón Multimedia puso al alcance del público tablets electrónicos y otros dispositivos para acceder a la experiencia de libros electrónicos.
La funcionaria comentó que durante el primer fin de semana se vendieron 23 mil ejemplares, lo que generó 3 millones de pesos. Y se ha atendido a más de 11 mil niños de escuelas públicas y privadas
.
En un sondeo realizado con diversos expositores comentaron que, a diferencia de otros años, en esta ocasión entre semana hubo una baja sensible de asistencia a la Filij. Expositores de sellos editoriales como Alfaguara, Ediciones B, Editorial Planeta y Ediciones SM coincidieron en que en general estuvo bien, pero fue considerable la manera en que bajo la asistencia entre semana
.
Sin embargo, para Reyes Toledo “la afluencia durante el primer fin de semana fue sorprendente, superó a la del año pasado, lo que nos dio la confianza de que la feria tendrá un cierre muy bueno. Entre semana siempre es más complicado porque hay espacios que funcionan mejor que otros.
Feria amable y acústica
Este año, destacó, se quiso que la feria fuera más amable y acústica, por lo que se habilitaron tres foros, además del principal, para dar oportunidad a otros artistas y que la gente tenga un panorama más amplio de una programación dirigida al público infantil
.
Mencionó que la queja generalizada el año pasado es que hubo talleres que funcionaron muy bien y otros muy mal. Este año limpiamos la programación de talleres para que los niños tuvieran más tiempo para tomarlos y se fueran con algo que les sirviera y gustara.
El Pabellón Multimedia fue la apuesta de este año, pero como principio se planeó que no pareciera que se estaba promoviendo el consumo de tablets electrónicos”, dice Reyes Toledo; lo que se hizo fue comparar lo que se produce en México con otros países respecto de esos nuevos soportes electrónicos; la experiencia funcionó muy bien, ya que fue un espacio de reflexión, más que para promover la sustitución de libros tradicionales
, concluyó.
Entre las novedades presentadas el último día en la Filij estuvo el Diccionario para armar, libro que no es para hacer tareas, sino para jugar, para acercar de manera lúdica a los niños al uso del lenguaje cotidiano, combinando palabras e inventando historias. Publicado por el Colegio de México y el CNCA, a través del programa Alas y Raíces, el volumen define animales, árboles, flores, frutos, plantas, partes del cuerpo, dulces, panes, colores, texturas, fenómenos naturales, emociones e ideas; inclusive integra malas
palabras, como carajo
, acompañadas todas ellas de su respectiva ilustración.
Con la asesoría del lingüista Luis Fernando Lara, las distintas definiciones fueron aportadas por escritores como Mónica Brozon, Carmen Leñero, Francisco Hinojosa, Ricardo Yáñez y Vivian Manour, y fueron ilustradas por Magú, Alejandro Magallanes, Manuel Monroy y Diego Bianki, entre otros. Los autores inventaron cuentos y poemas para jugar y mostrar a los niños los muchos mundos que nos abren las palabras, para que las repitan, las usen, las memoricen e inventen más juegos con ellas.