Un preparatoriano usa entre 300 y 2 mil palabras de 80 mil que hay
Lunes 14 de noviembre de 2011, p. 41
Los bajos índices de lectura en México generan gran pobreza de vocabulario, particularmente entre la población más joven, lo que a su vez provoca falta de comprensión de las lecturas y un obstáculo para acceder a nuevos conocimientos, advirtió la directora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Aurelia Vargas Valencia.
Para abatir este fenómeno, la especialista recomendó implementar técnicas adecuadas de promoción de la lectura y concentrarse en los aspectos cualitativos de la misma, en vez de imponer este hábito como una obligación y hacer que los jóvenes lean más cantidad de palabras por minuto, aunque no disfruten ni entiendan los contenidos.
Los bajos índices de comprensión lectora que padecemos en México, y por tanto la pobreza de vocabulario, tienen su origen en la infancia. Por eso es necesario promover un mejor acercamiento a la lectura desde los primeros años
, explicó Vargas en entrevista con La Jornada.
Si bien no hay estudios determinantes sobre el tema, se calcula que un estudiante promedio de nivel preparatoria tiene un vocabulario de entre 300 y 2 mil palabras, que contrastan de forma muy clara con las más de 80 mil que existen en el idioma español. Hay una riqueza enorme de la lengua que no se está utilizando, y un medio fundamental para mejorarla es la lectura
, enfatizó.
Uno de los medios por los cuales se puede introducir a los jóvenes al mundo de las letras es familiarizarlos con los autores clásicos de todas las épocas y lugares del mundo, entre éstos los grecolatinos, porque en ellos se concentran algunos de los mejores elementos de la tradición cultural de Occidente.
De esta forma, los estudiantes pueden tener un mejor conocimiento del idioma, de manera más natural, sin presiones ni imposiciones, lo que a la postre les permitirá tener un rendimiento normal en su vida escolar y acceder a todo tipo de conocimientos.
Los maestros nos quejamos amargamente de los bajos niveles de comprensión lectora de nuestros alumnos, y hay que atender el problema desde la raíz, en los primeros años, desde los primeros contactos en la familia, y en ello es muy importante el papel de los padres, y también de los abuelos, para leerle a los niños y estimular su imaginación
, indicó.
En vez de instrumentar planes para que los menores lean más palabras por minuto, insistió, hay que poner atención en la calidad de las lecturas y en su nivel de comprensión. Ahí hay mucho por hacer. También tenemos la tradición oral que ha estado presente en las culturas indígenas, y que es una enorme riqueza que debemos aprovechar
.