En su primer año como seleccionador, Chepo de la Torre impone disciplina en el Tri
ientras equipos y aficionados tratan de no entumirse ante el largo receso de la liguilla, el Tri terminó con insípido triunfo sobre Serbia un año en el que José Manuel de la Torre obtuvo victorias dentro de la cancha, pero sobre todo fuera de ella.
Chepo ganó el torneo principal, la Copa Oro, que dio el ansiado boleto a la Confederaciones, y sólo sufrió una derrota, en duelo amistoso ante Brasil. Sin embargo, su principal aportación al Tricolor fue que impuso disciplina a unos seleccionados acostumbrados a comportarse como cracks, por no decir auténticos divos.
Pareció adecuado el castigo a los Sub-22, que por su fiesta en Ecuador se perdieron la Copa América, pero la sanción a Rafael Márquez se observa como el aviso definitivo de que no se permitirán más excesos a los que vistan la playera verde.
Márquez tuvo una de sus acostumbradas reacciones, ahora en las finales de la MLS –similar a la del Mundial Corea del Sur-Japón 2002 ante Estados Unidos– y el momento fue aprovechado por el Chepo para no convocarlo ante los rudos serbios, en duelo que sirvió al croata Zlatko Petricevic para posicionarse mejor entre los directivos mexicanos.
Podrá decirse que el ex del Barcelona vive sus últimos partidos como seleccionado, aunque el propio Hugo Sánchez recordó que se trata de un imprescindible y que en sus tiempos el equipo nacional eran “Rafa y 10 más”. Pero más allá de apreciaciones el mensaje es claro. La disciplina como prioridad a todas horas y en todos los lugares
, definió De la Torre en su primer año como técnico nacional, tal vez para terminar con actos indebidos en las etapas previas, como en la de Sven-Goran Eriksson, solapadas por los directivos.
El sueco trató de separar a Cuauhtémoc Blanco del plantel después de que el ídolo de Tlatilco llegó tarde y en malas condiciones a una concentración, pero no quisieron exhibirlo y el argumento oficial fue hacerle un homenaje de despedida y agradecimiento por los aportes deportivos brindados, algo de lo que nadie duda, ya que el polémico Temo fue baluarte en dos eliminatorias mundialistas.
Con Javier Aguirre hubo borrón y cuenta nueva y Cuauhtémoc regresó hasta como capitán, un gafete que debe portar, se supone, alguien que es ejemplo de disciplina y autoridad.
Endonde también quieren meter orden es en el América, aunque para limpiar la casa
se hayan llevado en el desplumadero a Zague, quien tenía poco tiempo en el cargo y nada tuvo que ver con el penúltimo sitio en el que terminó el equipo en el reciente torneo.
Pero eso no es nada nuevo: en el club de Televisa están acostumbrados a tratar así a sus figuras históricas.
Los cambios en el organigrama amarillo –en el que Yon de Luisa se ratificó como el hombre fuerte del futbol en la televisora y Ricardo Peláez hace recordar más al Necaxa que al América– sólo serán de fondo si el club deja de malgastar en refuerzos sin futbol ni corazón y da oportunidad a sus jóvenes canteranos.
A decir de Peláez, las Águilas estrenarán timonel esta semana, mientras los también eliminados San Luis y Toluca cesaron a Ignacio Ambriz y Héctor Eugui. En busca de la grandeza perdida en las recientes tres temporadas, los rojos regresarán a Fernando Corona a la presidencia y apuntan como timonel a Wilson Graniolatti.
Y para ver futbol local tendremos que esperar hasta el fin de semana, con unas Chivas que también anhelan el buen comportamiento de sus integrantes, al no apelar de la sanción de tres juegos al portero Luis Ernesto Michel, y optaron por mandarlo a sus ya famosos cursos de superación personal en Colombia.