Domingo 13 de noviembre de 2011, p. 3
La National Gallery considera su exhibición de Leonardo da Vinci el evento artístico del año y tal vez de la década. Y con justa razón. Es una muestra maravillosa, que presenta no menos de la mitad de las pinturas del gran maestro del Renacimiento italiano.
Sin embargo, la gran popularidad requiere cierta responsabilidad para comodidad del visitante. No se puede montar una exposición de tan enorme atractivo como si fuera sólo un agregado a la colección permanente de la galería, manteniendo las mismas horas de apertura al público. Cualquier otra empresa ajustaría su horario para satisfacer la demanda, y eso debería hacer la National Gallery.
La exposición de Leonardo estará abierta sólo tres meses; no hay razón para que no pueda tener una entrada aparte del edificio principal y mantenerse abierta más allá del anochecer, e incluso la noche entera. La demanda de admisión ya es bastante alta; la galería debería tratar de recibir la mayor cantidad posible de personas deseosas de verla.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya