En la lucha contra el crimen organizado, dice el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe, no hay que pedir una cooperación internacional más amplia, sino exigirla todos los días.

La actitud firme al interior del país se convierte en la gran autoridad moral para exigir la cooperación internacional, destaca en el libro Nuestra oportunidad: un México para todos, que será presentado esta semana por su autora, la diputada con licencia Josefina Vázquez Mota.

Editado bajo el sello Aguilar, el texto recopila en forma de ensayos las 25 entrevistas que realizó la aspirante a la candidatura presidencial del PAN a figuras internacionales, principalmente de los ámbitos político y económico, si bien incluye una con el ex futbolista español Emilio Butragueño.

Todos los entrevistados cuentan con un denominador común: conocen muy bien a México y tienen algo que decir de él, cuando se les pregunta cómo y en dónde ven al país.

Entre los personajes que dialogaron con la ex secretaria de Educación Pública se encuentran Michelle Bachelet, Julio María Sanguinetti, Condoleezza Rice, Rosario Marín, Enrique Iglesias, Felipe González, César Gaviria, Ricardo Lagos, Laura Chinchilla, Jeffrey Davidow y el ex presidente de Colombia.

Conocido internacionalmente por su combate a la guerrilla y los cárteles de la droga, Alvaro Uribe destaca en la entrevista la gran determinación del presidente Felipe Calderón en su cruzada contra el crimen organizado, y agrega: en la lucha contra el terrorismo no puede haber marcha atrás.

En relación con su política de seguridad, dice que la acompañó con más educación, más salud, mejor nutrición infantil, más microcréditos y una mayor promoción de la inversión.

Recuerda que al llegar a la presidencia colombiana, se hablaba de la política social, pero no de la seguridad. “Entonces dijimos: ¿Cómo vamos a lograr lo social, si no hay seguridad? Si no hay seguridad no hay inversión para que tengamos los recursos para lo social, enfatiza.

Entonces, recuerda, “empezamos a montar tres políticas: la de seguridad, la de inversión y la social, y a demostrar cómo se relacionan entre sí. “Involucramos permanentemente a la ciudadanía en talleres para discutir los programas de gobierno... tenía un contacto permanente con la ciudadanía, un contacto muy serio, no de promesas, sino de compromisos y de búsqueda de opciones.

Este factor se convirtió en un gran puntal para la política de seguridad. Nosotros dejamos cuatro millones de ciudadanos organizados para cooperar con las fuerzas armadas, añade el ex presidente de Colombia por dos periodos de gobierno.

También refiere que su política de seguridad democrática, amparada en parte por el Plan Colombia, tuvo victorias tempranas y eso devolvió a la población una esperanza que se había perdido: la de poder tener un país seguro.

Uribe llama la atención sobre la necesidad de que las nuevas generaciones se sientan reparadas y gozando del derecho a la no repetición, sobre todo si viven en un país donde el terrorismo ha matado tanta ciudadanía.